buenos aires. Madrid se enfrenta al ilusionismo de Estambul y la tecnología e infraestructuras de vanguardia de Tokio en la elección de la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, que votarán algo más de un centenar (103) de miembros del COI en la 125 Asamblea de dicho organismo en Buenos Aires. En los pasillos del Hotel Hilton de Puerto Madero bonaerense los pronósticos auguran una final entre Madrid y Tokio, después de que el encanto de Estambul y su apuesta por los Juegos en dos continentes parece haberse esfumado por las revueltas en las calles que han sacudido la imagen del Gobierno de Tayyip Erdogan.
"Pido a los miembros del COI que se estudien el informe de la Comisión de Evaluación y, con el respeto a las rivales, está claro que el de Madrid es el mejor proyecto", proclama el presidente de Madrid 2020, Alejandro Blanco inmerso ya desde hace unos días en el arduo trabajo de lobby en el Hilton.
Esta vez el COI redujo la carrera olímpica a apenas dos años, en los que quedaron por el camino Roma, que renunció por la crisis, y Bakú y los petrodólares de Doha, cortadas por el máximo organismo olímpico en la sesión de Quebec (Canadá) de finales de mayo del pasado año. A las 22.30 horas (hora peninsular española) el COI hará público el nombre de la sucesora de Río de Janeiro en una elección sin un favorito claro, aunque la delegación española, liderada por el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, junto a la alcaldesa Ana Botella y Alejandro Blanco, trata de "remachar los últimos clavos" y convencer a los miembros del COI de que el proyecto austero de Madrid es el mejor.
En su último ránking, el portal especializado aroundtherings daba una muy ligera ventaja a Tokio (77 puntos sobre 100) respecto a Madrid (76), que habría escalado hasta el segundo puesto por delante de Estambul (75) respecto al anterior índice de mayo. "Esta elección es diferente a las de antes. Creo que la presentación va a ser esencial", manifestó el vicepresidente del COI y aspirante a la elección como presidente en sustitución de Jacques Rogge, Thomas Bach.
Madrid ofrecerá su elevado nivel de infraestructuras, cerca del 80%, su amplia experiencia en la organización de eventos de primer nivel -albergó los Mundiales de balonmano y natación en 2013 y lo hará con los de baloncesto, vela y ciclismo el próximo año- y una inversión mínima inferior a los 2.000 millones de dólares. Además, la capital española se ha liberado del lastre del dopaje, tras la aprobación de la nueva Ley Antidopaje, que se adapta al Código Mundial de la AMA, en junio pasado, y pese a atravesar por una importante crisis económica, el riesgo financiero al que se enfrentaría "sería manejable" en 7 años, tal y como indicó el informe de la Comisión de Evaluación a finales de junio.
Aunque el principal escollo del proyecto madrileño podría ser los escándalos de corrupción política, especialmente el caso Bárcenas sobre la presunta financiación irregular del Partido Popular, según admiten a media voz miembros de la propia candidatura.
Con su lema Bridge together (Tendiendo puentes), alusión clara al cruce de culturas de la parte europea y asiática de esta megalópolis de 14 millones de personas, Estambul confía en el músculo de su economía para convertirse en el primer país con una población mayoritariamente musulmana que acoge los Juegos. En cambio, en su quinto intento en las últimas seis elecciones, la capital turca se vio sacudida por violentas manifestaciones antigubernamentales en junio que se extendieron a gran parte del país y que enturbiaron su imagen. Además, los continuos casos de dopaje de sus deportistas en los Juegos Mediterráneos organizados en Mersin, y también fuera de ellos, han hecho caer las opciones de la que hasta hace unos meses parecía la principal candidata a pugnar por Madrid por alcanzar, a imitación de Río, el mapa y los primeros Juegos en Sudamérica, el sueño de los Juegos de Asia y Europa. Tampoco jugará a su favor la escalada del conflicto en el país vecino, Siria, y el temor a que éste pudiera extenderse al resto de la región si Estados Unidos y Francia aprueban finalmente la intervención de su ejército en dicho conflicto.
Por su parte, Tokio, que ya fue sede de los Juegos en 1964, recupera la tradición romántica con sedes que ya fueron escenario de la cita hace cerca de medio siglo, un proyecto técnico de alta calidad y una economía puntera a nivel global. Pero tendrá que despejar las dudas sobre las secuelas del tsunami de 2011 y el posterior desastre nuclear de Fukushima y las recientes informaciones sobre que el agua altamente radiactiva se está derramando hacia el mar. Otro aspecto negativo para esta candidatura japonesa será la cercanía de los Juegos Olímpicos de invierno en 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur.