Duración: 63:59 minutos de juego. (10:40, 11:00, 15:25, 10:20 y 06:52).

Saques: 4 de Imanol y 3 de Ibargarai.

Pelotazos: 519 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 12 de Urkijo, 6 de Imanol, 17 de Gaubeka y 2 de Ibargarai.

Errores: 7 de Urkijo, 13 de Imanol, 7 de Gaubeka y 4 de Ibargarai.

Marcador: 10-9, 10-5, 9-10, 5-10 y 0-10.

Incidencias: Final del torneo Aste Nagusia disputada en el frontón Bizkaia de Bilbao. Trescientas personas en la cancha bilbaína. Manu Galán fue homenajeado entre los partidos de tercer y cuarto puesto y la final.

bilbao. Parecía imposible que Josu Urkijo e Imanol Ibáñez dilapidaran un dos a cero en el marcador global y un 7-2 en el tercer set cuando estaban jugando como los ángeles. El delantero zallarra estaba cuajando una final para enmarcar, acertando en todas sus decisiones, mandando a su zaguero y mezclándose con él con total musicalidad, como sonaba el empale del zaguero de La Peña: seguro, con empaque, sin los rigores de un inicio dubitativo. Rozaba lo indómito el juego de los vizcainos. Y parecía imposible que acabaran con esa renta porque sus contrincantes quedaron noqueados después de caer en el primer juego 10-9 y de tener Esteban pelota para acabar y no hacerlo. Aun así, ya habían salido sin chispa, sin golpe, Gaubeka e Ibargarai. Y tocados, y casi hundidos, era tan improbable como de locos pensar que irían a darle la vuelta al partido y llevarse la final de modo brillante. Pero solo eso, solo lo parecía.

Porque lo que vino después fue una resurrección en el filo de la navaja que supo a gloria a unos y a severa derrota a otros. Y es que, aunque habían demostrado estar a gran nivel, Urkijo e Imanol poco a poco se fueron diluyendo en un encuentro duro. En el tercer set, con el 3-2, un tanto peloteadísimo cayó del lado de los vizcainos con una dejada de Imanol, pero, a pesar de todo, fue ese el inicio del dominio azul. Paso a paso, tanto a tanto, fueron trabajando hasta recuperar el físico y la chispa que no había aparecido hasta entonces. Incluso estuvieron 7-2, pero forzaron la máquina para darle la vuelta. No obstante, a los colorados le sonreía la suerte: dos escapadas de Urkijo e Imanol subieron al luminoso y la tensión se abrochó al brazo de los cuatro. 9-8. Pero los pequeños detalles que marcan el devenir quisieron que la pelota se rompiera y tuvieran que sacar otra del cestaño. Con malísimo resultado. Imanol sacó y no llegó al cuatro. Falta. 9-9. Y otro episodio al borde del infarto. Jugándosela, Imanol falló de nuevo. Subió el 2-1 al marcador y ya no había marcha atrás. Lo que antes había sido una apisonadora colorada, ahora era azul. Las apariencias engañan. A Imanol y a Urkijo les pudo la presión, el aliento en el cogote; lo suficiente para que se les encogiera el brazo y perdieran la final en un suspiro (5-10 y 0-10). Demasiado castigo para una pareja que dio síntomas de cansancio después de tres partidos en 72 horas. A Gaubeka e Ibargarai les pasó lo contrario, que comenzaron sosos y acusaron los tres saques del de La Peña en la primera manga -que dieron vida a sus contrincantes hasta robarles la cartera en el último suspiro-. Pero era simplemente eso, lo que parecía. Porque después, su sombra se volvió alargadísima sobre el Bizkaia.