vitoria. Devon Van Oostrum no pudo coronar ayer en Rumanía su notable actuación en el Europeo sub'20 (División B) con la conquista del oro. Su selección, Gran Bretaña, cayó con claridad (71-83) en la final ante Polonia, aunque ambos combinados ya habían satisfecho el pasado sábado su objetivo de regresar a la élite del baloncesto continental tras sus respectivos triunfos en semifinales. El base propiedad del Baskonia volvió a firmar una interesante actuación a nivel individual, pero esta vez no pudo contribuir a que su equipo pusiera el broche de oro a un torneo donde no han competido, eso sí, los conjuntos más poderosos del Viejo Continente.
Con 29 puntos, 3 rebotes y 5 asistencias, Van Oostrum volvió a reivindicar en la final que tiene un futuro esperanzador por delante. Sin embargo, sus compañeros no pudieron ayudarle a remontar un partido que, tras alcanzar su ecuador con las espadas en todo lo alto (42-42), se decantó a favor de los polacos gracias a un contundente parcial de 11-20 en el tercer cuarto. El uno nacido en Groningen, no obstante, volvió a firmar una tarjeta de tiro bastante desacertada. De sus 28 lanzamientos, apenas convirtió ocho. Desde el tiro libre, encestó doce de sus catorce intentos. Sus cinco pérdidas de balón constituyeron el otro aspecto negativo de la estadística.
Tras su brillante papel en tierras rumanas, donde ha concluido como máximo anotador con una media de 26,4 puntos por partido, Van Oostrum aspirará a hacerse un hueco entre los doce elegidos por Gran Bretaña para disputar el próximo Europeo de Eslovenia. No lo tendrá fácil en este sentido, aunque puede presumir de haber sido internacional absoluto y disputado el último evento celebrado en 2011 en Lituania a las órdenes de Chris Finch.
A sus 20 años, el británico es uno de los jóvenes en los que el Baskonia tiene depositadas mayores esperanzas para que sea un baluarte del primer equipo y también una fuente de ingresos en el futuro. Las dos últimas campañas ha permanecido cedido en Tarragona y Cáceres, aunque todo hace indicar que a partir de ahora tendrá un hueco en la plantilla dirigida por Sergio Scariolo como tercera alternativa para la dirección de juego. Su condición de cupo es otro factor que juega a su favor, aunque es obvio que su crecimiento como baloncestista puede verse ralentizado si no dispone de cierta continuidad sobre la cancha.