La casualidad quiso que el día que el viento la lía gorda en el Tour -Valverde a diez minutos, el abanico del Saxo que hace que Contador le recupere algo más de un minuto a Froome- Sky y Saxo Bank compartan noche en un hotel de Le Veurdre y, con ello, Froome y Contador tuvieran reservadas sus mesas en la cena una enfrente de la otra. Al percatarse de ello, el cocinero del equipo inglés redistribuyó el espacio del restaurante para evitar el contacto visual directo entre su líder keniano y el madrileño, que cenaron cerca de todas maneras, como si pensase que el Tour se gana con la mirada. A Froome, el más fuerte hasta ahora en el cara a cara, le va a costar más que un cambio de mesa perder de vista a Contador. Como le va a costar lo suyo a Contador, el más testarudo, alejarse y perderse en el horizonte. A él y a los demás que lo pretenden. A Quintana, líder ahora del Movistar después de que a Valverde el viento le hiciera polvo, que advierte que hoy toca recuperar tiempo en el Ventoux y su leyenda de dolor. Se avecina una buena. No será un día para Egoitz García, 27 años, clasicómano y emigrante en Francia, que por la mañana tiene la mirada clavada en el perfil de la etapa que corre hasta Lyon, la ciudad de los Lumiere, y repasa cada fotograma del recorrido tachonado de repechos, de subidas cortas y explosivas. Ese sí es su día. "Lo tenía desde hace tiempo señalado".

Él y muchos. Tantos que la primera hora de carrera fue un lucha a muerte por coger la escapada que acabó haciéndose tras un repecho duro, se coló Egoitz en ella, también Erviti, Rojas y otros 15 y, malo, malo, ningún Euskaltel en un día clave para buscar la victoria de etapa -Jon Izagirre era una buena opción, también Gorka, Oroz, Astarloza, cualquiera de ellos-, lo que provocó la reacción inmediata desde el coche y la orden urgente de tirar a muerte para tumbar la fuga o acercarse lo máximo posible para lanzar a Jon, que fue lo que ocurrió finalmente cuando el pelotón -Oroz, Nieve, Astarloza, Rubén, Lobato, Gorka, todos, persiguiendo- se acercó a algo menos de cuarenta segundos. Salió el pequeño de los Izagirre persiguiendo una quimera y cuando se percató de que no iba a ningún lado volvió a un pelotón manso donde Euskaltel se replegó agotado tras 60 kilómetros de persecución. El Sky se puso al trantrán y la escapada despegó entonces. En ella estaba Egoitz García, que corre su primer Tour con la experiencia acumulada en las clásicas y que conoce desde la primera semana su crudeza. Tiene la marca de las mandíbulas de la carrera francesa guardada bajo el vendaje de su pierna izquierda. Y la resaca de esa caída del primer día, una tarde sin masaje, varias noches incómodas, las molestias, se manifiesta en las malas sensaciones que quiere olvidar camino de Lyon. Le sube la moral una conversación con Rojas mientras los 18 colaboran en armonía para jugarse la etapa al final. El murciano le dice que es la primera escapada que coge en el Tour en cinco años. Egoitz, que es la primera en su primer Tour.

Lyon la custodian dos colinas. Una es la de Fourviere a la que sube el funicular y la otra la de Croix Rousse, la muchedumbre arrojada a la cuneta, que utilizó Simon para catapultarse hacia su coronación en Lyon, donde la nueva cocina, Bocouse, y todo eso. Se lo comieron a poquito de meta. Primero Albasini, que había atacado para ganar, se frenó dubitativo, perdió el tiempo observando y acabó lamentando la derrota ante Trentin, que fue el más listo y dejó a Rojas que cargase con la responsabilidad de lanzar el sprint -"he hecho uno de 500 metros", dijo el murciano-. Quinto entró Egoitz García después de arrancar muy atrás e iniciar una remontada imposible que le dejó un sabor amargo. "Es mi primer Tour y he luchado por una victoria de etapa", celebró, "pero aunque esto sea el Tour y todo eso, aquí, como en todos lados, solo vale ganar".

Eso es lo que quiere decir Contador cuando por la mañana le preguntan si sigue pensando en ganar el Tour o asume la posibilidad de tener que luchar por el podio y responde con una sonrisa y otra pregunta: "¿Tú qué crees?". Luego, en Lyon, habla de otro día duro de desgaste y de lo que les espera mañana en el Ventoux, lo incierto del resultado, claro, pero también la manera en la que actuará cada uno, sobre todo Froome, que hasta ahora ha sido el mejor subiendo -sacó unas diferencias astronómicas en su único ataque en montaña, en Ax 3 Domaines, el primer día de Pirineos- y necesita asestar otro golpe que parezca definitivo para espantar los fantasmas y poner firmes a los rebeldes que le incordian cada vez que su equipo flaquea. A chicos descarados como Quintana, que promete atacar hoy y lo hará, a la rabia de Valverde y a Contador, que nunca se rinde pese al calor, el ritmo y el cansancio que, dice, se combate por la tarde con una ducha fría en el hotel. Luego, a cenar, esta vez sin cruzar la mirada con Froome. Y después, a ver junto a su fiel Jesús Hernández en la intimidad de su habitación donde está prohibido hablar de ciclismo los capítulos repetidos de la serie La que se avecina. Pues eso. Hoy, el Ventoux.

Matteo Trentin (Omega P.)4h15:1

Michael Albasini (Orica-G.)m.t.

Andrew Talansky (Garmin-S.)m.t.

José Joaquín Rojas (Movistar)m.t.

5º Egoitz García (Cofidis)m.t.

GENERAL

Chris Froome (Sky)55h22:58

Bauke Mollema (Belkin)a 2:28

Alberto Contador (Saxo-Tinkoff)a 2:45

Roman Kreuziger (Saxo-Tinkoff)a 2:48

Laurens Ten Dam (Belkin)a 3:01

21º Mikel Nieve (Euskaltel-E.)a 16:49

La etapa de hoy, 15ª: Givors - Mont Ventoux, 242,5 kms. ETB-1 y Teledeporte.