roma. Rafa Nadal consolidó ayer su leyenda en Roma, donde se coronó por séptima vez, tras arrollar en la final por 6-1 y 6-3 al suizo Roger Federer, que prolongó su maldición en la capital italiana, con tres finales perdidas. El de Manacor selló un triunfo que le permitirá escalar al cuarto puesto de la clasificación mundial, desbancando a su compatriota David Ferrer, y entrar entre los cuatro primeros cabezas de serie en Roland Garros.
La de este domingo fue una final de cifras de solvencia para el de Manacor tras su regreso a las pistas en febrero: ocho finales seguidas por primera vez en su carrera, seis títulos en su palmarés, 31 victorias sobre tierra este año y su victoria número 20 ante el tenista de Basilea. El zurdo de Manacor sumó así el título de Roma a su colección de torneos de este año, en la que ya figuraban ya los de Sao Paolo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona y Madrid.
Con esta victoria, Nadal consiguió su 24 Masters 1000, el tercero esta temporada, y repitió el éxito que ya cosechó ante Federer en los cuartos de final de Indian Wells el pasado febrero, cuando apeó al helvético del torneo por 6-4 y 6-2. En total, Nadal y Federer se han enfrentado en 30 ocasiones, con sólo once victorias para el suizo, y con un claro dominio del español en los choques sobre arcilla, que se llevó doce de los catorce encuentros disputados, con las únicas derrotas en las finales de Hamburgo de 2007 y Madrid 2009.
En la ceremonia de entrega de los trofeos, Federer fue el primero en hablar y quiso felicitar a Nadal, por sus últimas victorias y por el "increíble" torneo que ha protagonizado en la capital italiana. Señaló que, pese a la derrota, ha sido también una "buena semana" para él en Roma con su familia y expresó: "Hoy no fue mi día, sino el de Rafa, lo que pasa frecuentemente contra mí".
Nadal, a quien a la conclusión del encuentro se vio muy emocionado, quiso empezar felicitando a su adversario y deseándole lo mejor de cara a Roland Garros. Ya en italiano, se dirigió al público del Foro Itálico arrancando los aplausos de las gradas, en la primera de las repetidas ovaciones que recibió durante su intervención. Agradeció a todos los presentes el apoyo y señaló que en Roma siempre se encuentra con un público fantástico. "Hoy es un día muy importante, después de un año difícil. Estoy verdaderamente emocionado por haber ganado un torneo con tanta historia como el de Roma. Nos vemos el año que viene", declaró.
Desde el principio del encuentro, un concentrado Nadal se mostró intratable y con solidez endosó su primera rotura al helvético ya en el tercer juego. Ante un Federer irreconocible, al que faltó suerte en algunas ocasiones, el balear siguió creciéndose en la pista para lograr a los 24 minutos de juego su primer set. Tras ser arrollado en el primer parcial, el helvético trató de reaccionar, pero no pudo hacer sombra a un Nadal intratable.