Bilbao. Acompañado por su padre y uno de sus hermanos, Jrue Holiday aterrizó en Euskadi el martes por la tarde y permanecerá en la capital vizcaína hasta el viernes por la mañana. Asegura que tiene ganas de comprobar la buena fama de la gastronomía vasca y promete "un gran espectáculo" a todos los espectadores que acudan al amistoso entre los hombres de negro y sus Sixers.

El 6 de octubre se enfrentará con sus Sixers al Bilbao Basket. ¿Tiene alguna referencia del equipo vasco?

No conozco demasiado al equipo, pero sí se que seremos la primera franquicia de la NBA que disputa un partido aquí y lo cierto es que tengo muchas ganas de que llegue ese día. Será especial para los aficionados.

Un jugador del equipo al que se medirán y que actúa en su posición, Raúl López, jugó en Utah Jazz, entre 2003 y 2005. ¿Le recuerda?

Él es mayor que yo y yo era un crío por aquella época, pero sí le recuerdo como un muy buen base y un jugador que aportaba cosas buenas y divertidas en la cancha.

¿Qué le parecen estos encuentros entre franquicias NBA y equipos del resto del planeta?

Me parece que aportan experiencias muy enriquecedoras a los jugadores, tanto a nosotros a la hora de enfrentarnos a los mejores equipos de Europa como a ellos por poder medirse a la NBA. Además, también es bonito para los aficionados poder vivir de cerca todo lo que conlleva la NBA.

Los veranos siempre son susceptibles de cambios pero, ¿qué pueden esperar los aficionados que se acerquen a ver a los Sixers?

Pueden esperar que jugaremos un partido duro y que ofreceremos a los aficionados un buen espectáculo, que será un encuentro muy entretenido de presenciar en la cancha. Creo que somos un equipo que la próxima temporada tendrá una buena oportunidad de regresar a los play-offs y poder dar pasos hacia el anillo.

En los últimos años se ha producido un desembarco de jugadores internacionales en la NBA, en los Mundiales y Juegos Olímpicos hay selecciones que plantan cara a EEUU... ¿Ha bajado el nivel del baloncesto en su país o ha crecido en el resto del mundo?

La segunda opción, seguro. Cada vez hay más jugadores internacionales jugando en la NBA, que es una competición que les sirve para desarrollarse y crecer. Te hablo, por ejemplo, de Ricky Rubio, que es de mi misma promoción, de los hermanos Gasol, José Calderón, Rudy... El hecho de tener que competir a diario contra la élite, contra gente como Dwyane Wade, Kevin Durant o Russell Westbrook, hace que mejoren y eso se nota cuando regresan a Europa, porque suben el nivel de sus Ligas, o cuando juegan con sus selecciones.

Usted es bandera de una de las franquicias con mayor solera de la NBA, de un conjunto por el que han pasado, entre otros, Wilt Chamberlain, Julius Erving, Charles Barkley o Allen Iverson. ¿Supone mucha presión?

Yo no lo veo así, lo veo como un privilegio. Defiendo la misma camiseta que antes han llevado esas leyendas que nombras y es un honor representar a Philadelphia allá donde voy.

¿Fue una decepción no clasificarse para el 'play-off' el pasado curso?

Bastante, sí. En el plano personal las cosas me fueron bien porque tuve la oportunidad de disputar mi primer All Star y fue mi mejor temporada en la NBA, pero mi principal objetivo es ganar, llevar a mi equipo a lo más alto posible, por lo que por ese lado sí que fue decepcionante.

Doug Collins no continuará en el banquillo. Usted ya ha manifestado que le gustaría que su testigo lo recogiera Michael Curry, su asistente.

Es cierto. Durante los últimos tres años ha estado con nosotros en el trabajo diario y tengo claro que sería un excelente técnico principal, ya sea en Philadelphia o en otra franquicia.

¿Está siguiendo de cerca las eliminatorias por el anillo?

Por supuesto. Y mis favoritos son los Memphis Grizzlies. Tienen una gran plantilla con Mike Conley, Marc Gasol, Z-Bo (Zach Randolph)... Llamó la atención la forma en la que eliminaron a los Clippers, ahora tienen contra las cuerdas a Oklahoma City Thunder, finalistas el año pasado, y están jugando realmente bien.

Usted tiene solo 22 años pero ha completado ya cuatro cursos en la NBA, ha sido 'All Star', es referente en una de las franquicias con mayor historia... Su carrera va muy rápido.

Dios me ha bendecido con talento y habilidades y me empuja a trabajar a diario para mejorar como jugador, a cumplir los sueños que tenía desde niño. ¡Aunque todavía soy un niño de 22 años! Estoy muy agradecido.

Con todo lo que ha logrado, ¿es difícil mantener los pies en el suelo?

Yo tengo claro que hay que ser humilde porque la vida te puede cambiar de un día para otro. Hoy puedes estar arriba y mañana estar abajo. Ahora mismo estoy viviendo el sueño que todo niño tiene: jugar en la NBA. A muchísima gente le encantaría estar en la posición en la que estoy yo.

¿Está en la situación en la que siempre quiso estar o quiere ir más allá?

Yo siempre quiero mejorar, ir un paso más allá como jugador para ser mejor. No me conformo con lo que soy ahora porque aún tengo muchas metas que alcanzar: volver a los play-offs, ganar anillos, vivir la experiencia de unos Juegos Olímpicos...

¿En qué le gustaría mejorar?

Sobre todo en el lanzamiento exterior. Este pasado curso he mejorado en anotación y en asistencias y mi tiro de media distancia ha estado a un nivel correcto, pero debo trabajar en mis porcentajes exteriores.

Jugar el último 'All Star' en Houston debió ser un sueño hecho realidad.

¡Ni lo dudes! Todo jugador aspira a vivir desde dentro el fin de semana de las estrellas. Desde que era un niño jamás me he perdido ningún partido, ni siquiera los concursos de mates y triples, por lo que ser parte de esa fiesta y tener a mi familia conmigo fue una auténtica bendición, así como representar a la franquicia y a los fans de Philadelphia.

Hablando de familia, usted compartió vestuario con su hermano Justin el pasado curso en los Sixers.

Fue como regresar a los viejos tiempos, a nuestra niñez, a la época en la que jugábamos juntos en la calle. Tenerle conmigo en su primera experiencia en la NBA fue inmejorable.

Ha dicho alguna vez que él es mejor jugador de baloncesto que usted.

¡Y lo creo así! Es un año mayor, más alto (mide 1,98), tiene una gran envergadura de brazos, tira bien, defiende de manera extraordinaria... Estoy seguro de que va a demostrar lo gran jugador que es.

El gen del deporte está muy presente en su familia...

Es cierto (risas). Tanto mi padre como mi madre jugaron a baloncesto en la universidad, mi tío llegó a ser elegido en el draft de la NBA, mi hermana Lauren juega en UCLA, tengo otro hermano menor, Aaron, jugando en el instituto... Se puede decir que el baloncesto fue parte de mi vida desde que era un bebé.

¿Cómo es Jrue Holiday fuera de una cancha de baloncesto?

Soy un chaval muy abierto al que le encanta moverse de un lado para otro: conocer nuevos sitios, probar nuevas comidas, acumular experiencias... He jugado a lo que vosotros llamáis fútbol, que para nosotros es el soccer, he practicado béisbol... Hago de todo (risas).

La religión también es parte importante de su vida.

Así es. Soy cristiano y le doy gracias a Dios por todo lo que me ha proporcionado en mi vida, por mi talento para jugar a baloncesto, por poder compartir equipo con mi hermano, por ser All Star, por tener esta oportunidad de estar aquí... Todo esto era complicado de esperar hace no tantos años, por lo que soy consciente de que tengo muchos motivos para estar agradecido a Dios.

Su afición al fútbol le viene por...

Por mi novia, Lauren Cheney, que es jugadora profesional y centrocampista internacional con Estados Unidos. Estuve con ella en el último Mundial y en los Juegos Olímpicos. Cómo te diría... ¡las aficiones son una locura! Desde que la conozco no me pierdo un partido cuando antes era un deporte al que no le prestaba demasiada atención. ¡Me he convertido en un fan!