El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, no defraudó ayer y se impuso en su debut en el Masters 1000 de Roma al español Albert Montañés (89) por un cómodo 6-2 y 6-3. Una victoria lograda en una hora y diez minutos que permite a Djokovic seguir adelante en la capital italiana, uno de sus torneos preferidos, y empezar a olvidar su temprana salida de Madrid la semana pasada, tras la derrota que encajó ante el búlgaro Grigor Dimitrov en su estreno en la Caja Mágica.