bilbao. Ocho años llenos de sacrificio, de entrega, de ese ciclismo épico y voluntarioso que muchos se empeñan en que no queden plasmados en los libros de historias. Ocho años en profesionales sin recoger un solo premio se diluían ayer en el podio de la Vuelta a Asturias. Amets Txurruka, un luchador incansable, conseguía por fin su primera victoria como profesional. Llegaba a la meta en solitario, con cuatro segundos sobre sus perseguidores, un suspiro que supo aprovechar para levantar los brazos y saborear el dulzor de la victoria. El triunfo le sirvió, además, para enfundarse el maillot azul de líder.
La Vuelta a Asturias arrancaba con una etapa entre Oviedo y Pola de Lena en la que se tenía que pasar los altos de La Cobertoria, El Tenebredo, Cuchu Puercu y Carabanzo. La carrera estuvo controlada totalmente por el Caja Rural, equipo que consiguió colar algún corredor en todas las escapadas y cortes que se produjeron en la etapa.
Rubén Fernández fue el primero en estar presente en una escapada que el Movistar se encargaría de neutralizar. Posteriormente, en otro grupo se colaron Fabricio Ferrari y Marcos García. Este último dejaría atrás a sus socios de aventura cuando faltaban 20 kilómetros para llegar a la meta, pero sería neutralizado gracias al trabajo de Euskaltel-Euskadi.
Fue poco después, a cinco kilómetros del final, cuando el corredor vizcaino atacó y consiguió arañar unos metros que le servirían para llegar a la meta en solitario. Cuatro segundos por detrás llegaría a meta un grupo de 10 corredores.
Txurruka defenderá su renta de 8 segundos gracias a las bonificaciones en la segunda y última etapa de la Vuelta a Asturias. La empresa será difícil, puesto que el perfil de la subida al Naranco es exigente.