roma. Todo va según el plan previsto por Bradley Wiggins. El líder del Sky sabe que si quiere ganar este Giro tendrá que plasmar sus cualidades de pistard en las etapas contrarreloj. La octava etapa, con 55 kilómetros para rodar en solitario, es su gran baza. Pero Wiggins no quería desperdiciar los 17,5 kilómetros de ayer. El trabajo de bloque dio sus frutos y hombres como Durán, Henao o Zandio ganaron una etapa que supone el primer triunfo en esta modalidad del Sky en una vuelta grande.

La coordinación entre los miembros de su equipo le han servido para distanciarse en 9 segundos de Beñat Intxausti, quien tras el contratiempo de Juanjo Cobo contará con todos los recursos de Movistar para luchar por un puesto del podio. El principal rival de Wiggins, Vincenzo Nibali le persigue ya en la general a 15 segundos. El último ganador del Tour de Francia ha puesto la primera semilla de lo que tendrá que defender y dosificar en los puertos italianos. La etapa de ayer sirvió para colocar de líder al joven Salvatore Puccio. El siciliano acude por primera vez al Giro y en solo dos jornadas de competición ha podido enfundarse el maillot rosa. Puccio, especialista en carreras de un día, cuenta en su palmarés con la victoria en un Tour de Flandes sub'23. El pelotón afronta hoy la tercera etapa que transcurre entre Sorrento y Marina di Ascea. Las piernas de los ciclistas tendrán que soportar un castigo maratoniano, ya que tendrán que cumplir con un trazado de 212 kilómetros en el que destacan dos puertos de media montaña, el San Mauro Cliento y el Sella di Catona.