hay que comprender que las cosas no siempre suceden como a uno le gustaría que sucedieran. Pero en vez de pretender que la realidad se adapte a las expectativas de cada uno, hemos de ser nosotros los que nos adaptemos para sacar lo positivo de cada situación. No hay que cambiar cuando varíen las circunstancias sino que estas se van a modificar cuando uno corrija su manera de actuar. Por eso, ayer estaba expectante por ver si la gonzalecina posterior al encuentro de la pasada jornada iba a ser efectiva o si, por el contrario, iba a quedar en agua de borrajas. Viendo la primera parte es difícil inclinarse por una de las opciones. Porque si exceptuamos la jugada del gol y otra aproximación de Manu García todo lo demás fue un juego insulso por ambos contendientes.
Después de la amarga e incuestionable derrota sufrida la semana pasada por el Deportivo Alavés, más por la forma que por el resultado en sí, el triunfo de ayer era necesario para reafirmarse en el liderato y demostrarse a sí mismos que aquello fue un borrón, en una hoja de un cuaderno escrito con exquisita pulcritud a lo largo de casi toda la temporada, que puede cometer el mejor de los escribanos. Siempre que termina un encuentro como el citado, todos, desde el entrenador hasta el último de los jugadores, se deshacen en deseos, promesas, intenciones y proyectos para el posterior choque. Como si únicamente con el cambio de la hoja del calendario se pudiera borrar de golpe todo lo que se hizo mal en aquel nefasto encuentro y recomenzáramos de nuevo como si no hubiera ocurrido nada.
Pero yo no lo tengo muy claro que en el encuentro de ayer se esfumaran todos los pequeños fantasmas ante un equipo cántabro que llegó medio derrotado a Mendizorroza. La Gimnástica, con un juego inofensivo, aguantó hasta el minuto 66, momento en el que el segundo tanto blanquiazul cerró definitivamente el encuentro. A los equipos solventes, Lleida, nos cuesta sujetarlos para sacar algo positivo; a los flojos nos cuesta rematarlos. Los de González continúan en lo más alto de la tabla clasificatoria con dos puntos más de ventaja sobre el Athletic B y abren una brecha de 16 puntos y a falta de cinco jornadas están matemáticamente clasificados para el play off.
Es cierto que en el fútbol el próximo partido te permite considerarlo como una revancha y así olvidar la mala imagen mostrada en el precedente. Afortunadamente, solo hay que esperar una semana para tener una nueva oportunidad y seguir dando pasos por el sinuoso camino que finaliza en el éxito. Hay que aprovechar cada nueva ocasión que se te brinda. Todo lo bueno y lo malo que nos ha ocurrido es lo que nos ha traído hasta donde estamos, es lo que nos ha hecho ser lo que somos. A partir de aquí, a seguir adelante pero sin dejar de mirar hacia atrás y aprender de lo que se hizo mal. Borrón y cuenta nueva, sí; pero sin olvidar los errores cometidos.