Goteborg. La capitana Ruth Beitia puso el broche de oro, con su victoria en altura, a una gran actuación del equipo español, que regresa de los Europeos en sala de Gotemburgo (Suecia) con cuatro medallas, el mismo número que en París 2011 pero de más quilates. Campeona de Europa al aire libre en 2012, Beitia consiguió el mismo título bajo techo, su octava medalla internacional en el año de su despedida, con un salto de 1,99 metros, su mejor marca de la temporada. La atleta cántabra ya tenía seis medallas en pista cubierta (4 europeas y 2 mundiales) y una sola, pero de oro, al aire libre (campeona de Europa en 2012). Empezó la final en 1,87, a continuación saltó 1,92 y 1,96, siempre a la primera. Sólo otras dos, y las dos suecas, pudieron con el listón en esa altura: Ebba Jungmark, que estaba ya en marca personal, y Emma Green. El podio estaba servido, faltaba el orden de los metales. Las tres fracasaron en su primer intento sobre 1,99, pero la española no falló a la segunda. Las dos suecas tuvieron que inclinarse ante la española, que a continuación intentó, sin éxito, batir por un centímetro su récord de España en sala con 2,02.

Por la mañana, el sevillano Kevin López, bronce en París 2011, había ganado la medalla de plata en 800, por detrás del polaco Adam Kszczot, que revalidó el título, mientras que Luis Alberto Marco terminó sexto. Kszczot, que siguió el ritmo marcado por Kevin López y Marco en las tres primeras vueltas (pasaron los 200 metros en 26.26 y los 400 en 56.41), se puso al frente al empezar el último giro (1:23.25 en el 600) y abrió un hueco de dos metros que resultó decisivo. El polaco venció con un tiempo de 1:48.69, seguido de López (1:49.31) y del británico Mukhtar Mohammed (1:49.60). Marco, que ayer lloró lágrimas de emoción con la medalla de plata de su pareja, Isabel Macías, en 1.500, volvió a experimentar una decepción en unos Europeos bajo techo. Fue subcampeón en Turín 2009, pero hace dos años se fue al suelo en París cuando luchaba por la medalla de oro.

La actuación española concluyó con la final de 1.500, que no reportó, esta vez, ninguna medalla a España. Arturo Casado, que lucha por recuperar su antigua forma, llegó quinto, y David Bustos, que el año pasado ganó el bronce en el Europeo al aire libre de Helsinki, pinchó en la última vuelta y cayó al octavo puesto. La prueba de 1.500, que ha dado a España 7 medallas de oro, 10 de plata y 3 de bronce en este torneo, dejó un sabor a decepción para el equipo español. Por primera vez en 15 años, desde 1998, España faltó a la cita con el podio.

Ilhan Tanui Ozbilen tomó el control desde la salida, como había hecho en series. El turco de origen keniano pasó los 400 en 57.14, los 800 en 1:58.13 y saboreaba ya el triunfo cuando en el último metro se le metió el francés Mahiedine Mekhissi-Benabbad, campeón de Europa de obstáculos el año pasado, que venció con 3:37.17, cinco centésimas por delante de Ozbilen.

España obtuvo el quinto puesto en el medallero con cuatro preseas: una de oro (Ruth Beitia) y tres de plata: Isabel Macías en 1.500, Juan Carlos Higuero en 3.000 y Kevin López en 800, además de con diez finalistas, uno más de los que preveía el nuevo director técnico, Ramón Cid.