Bilbao. Así que la globalización era esto. Cuando Tarik Choufi llega al hotel del seminario de Derio arrastrando su trolley desde el Atlas marroquí, tiene la mirada nerviosa y las manos sudorosas. Está tenso. Lo siente Igor González de Galdeano cuando se la estrecha antes de la primera reunión del nuevo Euskaltel-Euskadi. El día va descubriendo los cambios que trae el proyecto. La charla a los corredores es en francés, por Tarik, que solo habla árabe pero entiende el idioma del Tour, y cuando el mánager gasteiztarra pone el último punto a su discurso se dirige al marroquí y le dice que a partir de ese momento, el lenguaje común será el castellano, que lo aprenda, que se esfuerce. El chico le mira y asiente. "Sí", cuenta Galdeano que le dijo; "me llamo Tarik y mi apellido es Choufi". Como despedida tiene otro detalle. Antes de cruzar la puerta se gira y grita: "Agur". Así empiezan a integrarse en el equipo los nuevos foráneos de Euskaltel.

La mañana del lunes descubre a seis tipos en un bar cercano a La Alhondiga repitiendo palabras en euskera. Dicen txirrindulari, zelan zaude?, kaixo... Preguntan con curiosidad y les trata de explicar Álvaro González de Galdeano, que recorre el camino inverso del idioma y explora su inglés mientras hace de guía cuando el grupo baja a Bilbao a arreglar sus papeles de trabajo en un día gris que hace aflorar el humor de Ricardo Mestre. "Hoy para ustedes será un día de verano y playa, ¿verdad?". Algo ha escuchado el portugués de Euskaltel sobre Bilbao. "Que es lluvioso y frío". Y que, "¿es la capital de Euskadi?". Le dicen que no, que esa es Gasteiz. "Aaaah". Los demás que le acompañan en su paseo por la capital vizcaina -los alemanes Steffen Radochla y Andre Schulze, los eslovacos Robert Vrezer y Jure Kocjan y el griego Ioannis Tamouridis- no saben mucho más sobre Euskadi. Que es la cuna de Euskaltel, su equipo. Y, recuerda Tamouridis, que hay un club de fútbol que se llama el Athletic que le han dicho tiene una afición tan apasionada como la del Paok Salonica, su ciudad.

Así transcurre la mañana en la concentración de Euskaltel. De idioma en idioma. Al griego le hablan en inglés y responde en italiano. Los eslovenos le dan a todo: inglés, italiano... Y esloveno. Así solo se entienden ellos. Como Serebryakov si habla en ruso. No le sigue nadie. Mestre chapurrea y entiende casi todo. Y Choufi, parece que poco, o nada. Ni siquiera en francés. Es igual. Sonríe. Le va bien, que es lo que le importa. Hoy lo contará cuando llegue el intérprete que desencripte su árabe.

De momento, a saber lo que Choufi ha extraído de las charla de Galdeano en las que, en castellano, describió las líneas maestras del nuevo proyecto a sus corredores y les vino a decir que se olvidaran de enredarse en debates que no conducen a nada sobre la justicia o la injusticia del sistema de puntos del World Tour al que, es casi seguro a falta de la confirmación oficial que está al caer, pertenecerá Euskaltel-Euskadi durante, al menos, una temporada más. Galdeano no quiere que sea la última. Se lo dijo: "El objetivo es mantenerse en el World Tour, no ganar esta o aquella etapa señalada".

Para eso, el conjunto vasco ha cambiado el planteamiento de la temporada. Correrá más. Treinta o cuarenta días de competición por encima de los acumulados este año y ampliará su presencia en el Europa Tour. Sobre todo, en carreras de un día en Bélgica, Holanda y la Copa de Francia.

Tres grupos Galdeano ya sabe que dividirá su pelotón en tres grupos y que el primero lo formarán una docena de corredorepara enfrentarse al frío y la lluvia del norte de Europa. Que, en cambio, al abrigo del calor de Australia estrenarán la temporada los hermanos Izagirre, Oroz, Astarloza, Aberasturi, Lobato y Gari Bravo. Que quiere que cada corredor se identifique con un director al que tenga de referencia -Samuel hará la temporada con Gerrikagoitia; Nieve, con Álvaro Galdeano; Antón, estará entre uno y otro; Oskar Guerrero se ocupará del grupo del norte, e Isasi será el gran apoyo de todos ellos-. Y que todo tiene que cambiar radicalmente, que hace falta evolucionar, empezando por los métodos de preparación que aplicará Iñigo Mujika, que vuelve tras su estancia efímera por el equipo en 2005, su paso por el Athletic y, más reciente, la Federación Española de Natación. Galdeano habla de que la preparación general en bloque no es acertada y está obsoleta. Y anuncia un programa especializado para que cada corredor pula sus cualidades. Así, no será raro ver a Lobato y Aberasturi, dos esprinters jóvenes, concentrarse durante días en torno a velódromo de Anoeta. Como tampoco lo será que un escalador como Igor Antón entrene con asiduidad en el anillo. "Hay que dar un paso adelante en la preparación. Si no evolucionas en este ciclismo, estás muerto", dice Galdeano. Lo que no ha cerrado aún el mánager alavés es el calendario de sus figuras. Ha cruzado cuatro palabras con Samuel y el asturiano le ha transmitido que quiere ir al Tour, donde Galdeano tiene ganas de ver de una vez a Mikel Nieve. Con Antón tiene más dudas. En cualquier caso, los tres correrán dos grandes. Y los Izagirre, una: Gorka el Tour y Jon la Vuelta.