El Caja Laboral llegaba a Valencia en una situación difícil después de la derrota contra el Cedevita en la Euroliga. Es verdad que son competiciones diferentes, pero a nivel psicológico derrotas como la que sufrió el conjunto baskonista en Zagreb duelen y sobre todo hacen que tanto jugadores, como cuerpo técnico, directivos, prensa y aficionados tengan dudas de la capacidad del equipo. Dusko esta buscando la tecla para que sus jugadores muestren más regularidad. No es normal la buena actitud y gran rendimiento que demostraron tanto contra el Barça como contra el Real Madrid y luego la pobre imagen que exhibieron en el encuentro de Zagreb. En todo el primer tiempo contra el Valencia seguí notando una fatiga mental en los jugadores, falta de atención, concentración y algunas piezas con peso específico en el colectivo sin tomar la responsabilidad que les corresponde. Lo que sucede es que para tener éxito hay que tener la suficiente humildad para seguir aprendiendo. Y esto vale tanto para el jugador del entrenador como al revés. En todos mis años como técnico profesional he aprendido que una buena decisión en el basket (también extrapolable a otros deportes) es aquella que te permite ganar un partido sin una ejecución perfecta. Un equipo con menos destreza pero con actitud mental superior (por ejemplo regularidad), puede ganarle a otro de mucho mejor nivel. Y el Baskonia fue capaz de ganar en Valencia sin hacer un buen partido. Pienso que Dusko en primer lugar está buscando un jugador para el puesto de base con personalidad, agresividad y liderazgo. A día de hoy tiene muchas dudas y para ello no hay más que ver la cantidad de rotaciones que hace en ese puesto todos los partidos. Contra el Valencia, Rochestie disputó el tramo final porque su juego le dio confianza a Dusko y a la vez, se sintió mejor. Que es un pedazo de jugador nadie lo duda. Pero para que Dusko le conceda toda la confianza como base titular, se lo tiene que devolver con una mejor actitud en defensa. Sobre todo cuando defiende en el lado débil, donde esta muy levantado y más pendiente de la pelota que de su hombre. Esperemos que Valencia haya sido el principio de una buena relación. Otro problema que se detectó en Valencia fue el de los pívots. Quitando a Pleiss, que cada día me gusta más por su fortaleza mental y capacidad de sacrificio, el resto no estuvieron a la altura. A sabiendas de que Nemanja no podría participar, en vez de salir más concentrados, cometieron gran cantidad de faltas que dejaron al equipo sin juego interior. De todos modos, el equipo de mi amigo Perasovic perdonó cuando más vulnerable estaba el Caja Laboral. Todos los tiros que les entraron en el primer tiempo, en el segundo no encontraron posiciones tan cómodas y poco a poco el Baskonia se fue haciendo con el ritmo de partido y por suerte al final también con el triunfo. Alguien dijo que "la adversidad es el primer paso hacia la verdad". Y la verdad es el primer paso hacía una solución, siempre y cuando haya humildad para aprender.