Madrid. La exseleccionadora española de natación sincronizada Anna Tarrés mantuvo durante la jornada de ayer una reunión con el presidente Fernando Carpena en la sede de la Real Federación Española de Natación, tras la cual confirmó su intención de ir a juicio contra el ente federativo, que hace casi un mes decidió prescindir de sus servicios como responsable del equipo de sincronizada que en los pasados Juegos Olímpicos de Londres conquistó varias medallas.
"He venido para hacer entrega de los informes que me habían pedido y para hacer las aclaraciones sobre el funcionamiento del equipo", se limitó a comentar escuetamente Tarrés a la salida del encuentro.
Por su parte, el abogado de la entrenadora catalana, Jorge García, dejó claro que todavía "no" se había "planteado nada" porque no se ha llegado "a un término de acuerdo por ninguna parte" y que a su representada "nadie le ha pedido aclaraciones".
"Deberíamos dejarlo aquí, el tema está pendiente de resolución, va a haber un juicio, y hasta la sentencia no deberíamos adelantarnos. No se ha planteado ningún principio de acuerdo, va a haber un juicio, con una posterior sentencia. No hay mucho más que hablar", sentenció al respecto.
Por su parte, el presidente de la Federación Española de Natación, Fernando Carpena, tampoco se explayó en exceso en su alocución. "Ha habido una reunión, rutinaria, en relación a una serie de trabajos solicitados. Anna Tarrés ha presentado un informe y hemos estado hablando del contenido de ese informe y nada más", indicó.
El dirigente, que afirmó no tener "ni idea" de las acusaciones por supuesta malversación de fondos, apuntó que fue una reunión educada. "Hemos hablado de unos trabajos solicitados para el equipo y los ha entregado sin ningún problema", zanjó sin hacer mención alguna a la batalla abierta entre ambos por la carta acusadora de las nadadoras hacia su exentrenadora.