ZARAUTZ. En el Labrit de Iruñea, donde Oinatz Bengoetxea (Leitza, 28-VIII-1984) ha jugado mil veces, en 2002 se proclamó campeón del mundo individual frente a Manoslocas Marín. Era el último pilar de un curso jalonado de éxitos en el campo aficionado con tan solo 18 primaveras recién cumplidas. Relataba entonces el leitzarra, antes de dar el salto con Asegarce -fue el 5 de octubre de 2002 con Peñagarikano contra Esain-Pinedo (22-11)-, que convertiría “el sueño de su vida” en realidad y que “necesitaría tiempo” para instalarse arriba. No tardó, sin embargo, el pizpireto manista, que parecía imberbe a los ojos del pelotazale, en encontrar su camino; cambiando su andamiaje de chaval de escuela con mucho juego con las dos manos, pero no tanta potencia como los profesionales ya curtidos en las salas de pesas. En definitiva, el cambio debía de ser más físico que técnico, porque su sotamano y sus posturas están dibujadas por el dios del frontón. Con un remate travieso, piernas de relámpago y espíritu inquebrantable y valiente, Oinatz escribió pronto en letras de oro su futuro. Desde 2003, Bengoetxea VI es un fijo en las batallas individuales del Cuatro y Medio de Primera; desde 2005, del Parejas, y desde 2006, del Manomanista de Primera -ya jugó en Segunda en las ediciones de 2003, 2004 y 2005-. Y en su primera incursión en el torneo de binomios llegó a la final con Rubén Beloki, con quien perdió frente a Juan Martínez de Irujo y Fernando Goñi (22-12). Tres cursos después, con apenas tres participaciones en el Manomanista, Oinatz llegó a la final sorprendiendo con el sotamano y alzándose con la txapela ante Abel Barriola, en una final entre leitzarras que dominó a la perfección el veloz navarro.

“Han cambiado muchas cosas, eso está claro, pero la verdad es que estoy muy contento con mi trayectoria deportiva”, relata el delantero de Asegarce al echar la vista atrás. Analiza el manista, además, que “la verdad es que las lesiones me han respetado, que es lo más importante que le puede pasar a un pelotari; los resultados también han sido muy buenos”. Y ha sido así. Su camino en el profesionalismo le ha instaurado como el segundo pelotari más importante de su empresa, por detrás del buque insignia de Asegarce, Aimar Olaizola. “He jugado muchos partidos, llevo muchos años jugando con los mejores y la verdad es que estoy muy muy contento por cómo han ido estos diez años”, desvela feliz Oinatz Bengoetxea.

El mejor momento, en 2008 “El mejor momento sin duda fue el campeonato Manomanista de 2008, por supuesto”, desgrana el espídico delantero navarro, quien apostilla que “aparte de eso, la verdad es que estoy muy contento porque desde hace mucho tiempo estoy entre los mejores y para mí ya es algo grande”. Explica además el genial puntillero que sus sueños “sí se han cumplido. Incluso más. El hecho de quedar campeón del Manomanista para mí era un sueño y solamente un sueño”. Aunque Bengoetxea VI sí que se exige. “Deportivamente sí que podía haber ido mejor, está claro, podía haber ganado más txapelas; pero también es muy muy difícil, porque hay grandísimos pelotaris que van a por lo mismo y estoy muy muy contento por lo que he logrado hasta ahora”, manifiesta. Y son diez años ya vestido de profesional que se han pasado en un tris. “Si aguanto otros diez más ya habré hecho una buena carrera”, relata divertido el de Leitza, quien poco a poco ha ido cumpliendo algo más que anhelos en la pelota profesional.