NUEVA YORK. La final, que se disputó por quinto año consecutivo el lunes debido a los aplazamientos por la lluvia en la jornada del sábado, fue la quinta de un torneo de Grand Slam para Murray, actual campeón olímpico, al que le faltaba un título en los torneos "Grandes" del circuito profesional.
Murray, de 25 años, había disputado antes las finales del Abierto en el 2008, las del Abierto de Australia (2010 y 2011) y la de Wimbledon (2012) que perdió ante el suizo Roger Federer.
El partido no pudo comenzar peor para ambos jugadores con errores no forzados y perdiendo ambos su respectivos saques, en un duelo en el que Djokovic se llevó la peor parte y volvió a ceder el servicio en el quinto, pero también encontró de nuevo la forma de recuperarse y en el octavo puso el empate a 4-4 para que el set se tuviese que decidir en el desempate.
Nada cambió en el intercambio de golpes, de estrategia y de errores no forzados hasta que en el vigésimo segundo tanto, Murray le rompió el saque a Djokovic y se llevó la manga por 7-6 (10) después de una hora y 27 minutos.
Murray se sintió reforzado en su confianza e inició la segunda manga de forma arrolladora para romperle dos veces el saque a Djokovic, que seguía poder controlar el juego.
Pero su clase como segundo mejor del mundo volvió a quedar de manifiesto al no darse por vencido y luchó como si estuviese adelante en el marcador hasta romper también dos veces el saque a Murray y con tres juegos seguidos empatar el marcador a 5-5.
Sin embargo, Murray supo reaccionar de nuevo a tiempo y después de mantener su saque, con sus golpes de derechas y excelente resto consiguió romperle por tercera vez el saque a Djokovic.
El gran sueño de conseguir el primer título de Grand Slam estaba más cerca, pero todavía le quedaba lo más difícil, superar la presión y a un Djokovic que no se sentía derrotado, todo lo contrario.
"Nole" comenzó el tercer set con la rotura de servicio a Murray y le advirtió que estaba preparado para la lucha y aunque el jugador escocés intentó recomponer su juego, no pudo porque comenzó a cometer demasiados errores no forzados mientras Djokovic elevaba su nivel de tenis para lograr tres juegos seguidos y sentenciarla manga.
Un saque eficaz, un excelente resto y golpes ganadores permitieron a Djokovic dominar el juego para llevarse el cuarto set pese a que Murray reaccionó, aunque no lo suficiente.
Después de más de cuatro horas de partido nada estaba decidido, el campeón del Abierto saldría del que ganase el quinto y definitivo set que comenzó perfecto para Murray al romperle por fin el saque a Djokovic y tras en un reñido segundo juego consiguió mantener el suyo para situarse por delante con un esperanzador 2-0.
El camino hacia el título comenzaba a estar despejado, pero mucho más cuando en el tercer juego cuando de nuevo le rompió el saque a Djokovic, que comenzó a sentir el esfuerzo físico realizado para en la remontada.
Aunque en el cuarto juego de nuevo sacó su espíritu indomable de campeón y consiguió romperle el saque a Murray, estaba vez el jugador escocés volvió a ser el que ganó la medalla de oro y sirvió excepcional en el sexto para luego en el séptimo quitárselo de nuevo a Djokovic, que al concluirlo pidió la asistencia del médico.
La acción no gustó nada a los aficionados neoyorquinos, que comenzaron a abuchearlo hasta que ambos jugadores volvieron a la pista y Murray con su saque selló una victoria histórica.
El partido, que duró cuatro horas y 54 minutos, se quedó a sólo uno de empatar el de mayor duración en la historia del Abierto, en el que Murray consiguió un total de 160 puntos por 155 de Djokovic.
A pesar de la derrota, Djokovic, que perdió el séptimo partido de los 15 que ambos han disputado, concluyó el verano como el mejor de los torneos de verano de "US Series" para llegarse un millón de dólares, además de los 950.000 dólares que ganó como subcampeón.