Donostia. Por cuarto año consecutivo la Bandera de La Concha va a Bizkaia. Kaiku y Urdaibai, una vez más, han sido los mejores equipos en el día más importante de la temporada, el que descarta candidatos para hacerse con el botín más preciado del año. La tripulación sestaoarra voló sobre las aguas de la bahía, haciendo un alarde más del tremendo potencial de sus bancadas. Pero una sanción de tres segundos por un incidente en la salida y una inteligente táctica de los bermeotarras le dan emoción a una segunda jornada que queda reducida a un pulso entre los dos gigantes vizcaínos. El cielo dejó a los ocho participantes una mañana despejada, nada que ver con las complicadas condiciones en las que se desarrolló el jueves la regata clasificatoria. Ante una bahía disfrazada de plato de sopa, Kaiku se medía a Chapela, Astillero y, sobre todo, Hondarribia en la primera tanda. El azar quiso que los hombres de José Luis Korta cogiesen la estacha en la calle tres, los de Mikel Orbañanos en la cuatro y Astillero en la uno, la que en principio es la calle que menos gustaba.

En la banda de babor a Andrei Banica se le rompió el remo a la tercera palada, por lo que en las bancadas de la Bizkaitarra no tardaron en levantarse los brazos pidiendo que se anulase la salida. Los jueces reaccionaron al instante, ya que la incidencia se había producido en los primeros 20 segundos de la manga, pero la trainera negra de Sestao tuvo que arrastrar una penalización de tres segundos. Una vez realizada la salida definitiva, Kaiku puso en práctica su habitual inicio con un ritmo frenético. Astillero y Hondarribia quisieron aguantar el tirón y bogaron casi a su par durante unos minutos, pero poco a poco la Bizkaitarra fue limando metros de ventaja, sobre todo una vez que las traineras salieron a mar abierta. Fue entonces cuando los hombres de Simondrogas mantuvieron su ritmo habitual de 36-37 paladas por minuto, un pulso en el que los patroneados por Cristian Garma se encuentran muy cómodos. A medida que se iba acercando la maniobra, quedaba claro que el único que veía de cerca la popa de Kaiku era Hondarribia. Astillero se iba descolgando cada vez más y Chapela iba a lo suyo, esperando el momento de echar el resto. El largo de vuelta Kaiku lo inicia con seis segundos sobre la Ama Guadalupekoa, 17 sobre Astillero y 24 sobre los gallegos. Garma se vuelca sobre la calle cuatro, poniéndose en la trayectoria de Hondarribia y consigue arañar a cada ola los mismas segundos que antes le había robado Ioseba Amunarriz. Pero el escenario cambia una vez que la prueba entra de nuevo en la bahía donostiarra. Kaiku va un paso más allá y revienta la tanda con una txanpa final que le hace volar acariciando la superficie de la bahía. Con la mar bare bare, se imponen los vatios de la tripulación sestaoarra. Un rayo verdinegro atraviesa la bahía con un ritmo de 41-42 paladas. La embarcación de Hondarribia empieza a despegarse de la popa de Kaiku y termina perdiendo 20 segundos y medio a los que había que restar los tres de la penalización kaikutarra. Al cruzar la meta, los hombres de la Bizkaitarra todavía no saben que el tiempo que acababan de firmar era el quinto mejor de la historia de La Concha. Mientras tanto, en la cola de la misma manga, Astillero intenta exprimirse para que Chapela no consiga darle caza en los últimos metros. Los gallegos llegaron con más aire al tramo final y consiguieron adelantar a los de Jon Salsamendi casi en la meta.

urdaibai, de diez Ante al brecha abierta entre Kaiku y Hondarribia, quedaba por comprobar si Urdaibai sería un rival a tener en cuenta en la segunda tanda. Los de Juan Mari Etxabe habían caído en gracia en la primera calle, pero supieron gestionarla mucho mejor que Astillero en la primera manga. La Bou Bizkaia se arrimó a la calle dos para evitar las olas rebotadas de las rocas del Aquarium y supo coger la proa de la tanda. Las referencias de Kaiku le obligaron a exprimirse al máximo, pero a lo largo del largo de ida manejó retrasos de 3 segundos respecto a la Bizkaitarra. Tras la maniobra, Urdaibai aventajaba a Tirán en siete segundos. Los gallegos se repusieron a un mal inicio y dejaron atrás a San Juan y Donostiarra. Los de Etxabe, en lugar de huir en cuanto pudieron hacia la calle cuatro, tal y como había hecho Astillero minutos antes, aprovecharon el oleaje. Aranberri dejó que el bote fuese empujado por las olas hacia la isla y terminó en la calle cuatro con una ventaja de más de diez segundos sobre Tirán. El GPS decía que Urdaibai iba entre 4 y 6 segundos de retraso sobre Kaiku, una brecha insignificante si se tenía en cuenta la sanción de tres segundos de Kaiku. La txanpa final y las correcciones de los árbitros les dejaron finalmente a solo 3.92 segundos de Kaiku. Un suspiro decidirá la Bandera de La Concha el domingo, pero, pase lo que pase, caerá en Bizkaia.