Duración: 1h 20:43 minutos de juego; 29:24 minutos de juego real.
Saques: 2 de Titín y 1 de Bengoetxea VI.
Pelotazos: 654 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 6 de Titín III, 4 de Merino II, 9 de Bengoetxea VI y 1 de Apraiz.
Errores: 6 de Titín III, 6 de Merino II, 6 de Bengoetxea VI y 2 de Apraiz.
Marcador: 1-1, 2-2, 3-3, 6-4, 7-4, 7-5, 8-7, 11-8, 112-10, 12-11, 13-15, 13-16, 14-17, 15-19, 16-19, 20-20 y 20-22.
Incidencias: Unos 300 espectadores en el frontón Bizkaia de Bilbao en la segunda jornada del torneo Aste Nagusia de mano.
Bilbao. Entre las delicias, los dulces, los postres; entre la nouvelle cuisine, los platos de sabrosas mieles de éxito, destacó el potaje de Alexis Apraiz. En un banquete repleto de experimentos, locuras, tiqui taca y demás, la cordura y seriedad de un gran Apraiz desequilibró una balanza llena de belleza en los cuadros alegres, de brega, de entretenimiento puro y duro, de showtime, de dos de los Globetrotters de la pelota a mano, de Oinatz Bengoetxea y el eterno Titín III en el juego de los traviesos, de la pelea por el primi, el punto y de las batallas de frontón de pueblo. Fue el gernikarra el que desequilibró la balanza con su sobriedad, eliminando las aristas de la zurda a base de golpe a buena y buscando la última losa.
Estuvo Apraiz soberbio batallando con David Merino, de menos a más, y acompañando a un Bengoetxea travieso y en vena; sobre todo en los momentos finales del envite. Porque Oinatz y Augusto arriesgaron, se enzarzaron, se buscaron y no cejaron en el empeño de deslumbrar delante, honestamente. Y la defensa... Legendarias las alcanzadas del de Tricio y el leitzarra; sobre todo la que dibujaron en el tanto que hizo Merino II y que puso el 8-7, cartón en el que Titín tuvo que exprimirse lanzado en la contracancha con un dos paredes que acarició su cuerpo y Bengoetxea llegó de milagro, con Augusto en medio. Pero David golpeó atrás la pelota franca y Apraiz, en los cuadros alegres, no pudo con el buruz gain riojano.
Ocurre que el colmillo colorado fue el que destacó en los primeros compases del envite. Con mucho ritmo de peloteo, Alexis mostraba que andaba fino con la derecha y la zurda, con la quizás sufra más, apabullando en algunos momentos a Merino II, que no se encontraba a pesar de tener mimbres. Aun así, el de Villar de Torre le plantó cara. Pero la batalla estaba delante, donde Oinatz y Titín se embarullaban en magna batalla cuerpo a cuerpo; detrás, entre las trincheras, la labor se asomaba a sujetar y aguantar con piernas los huecos que dejaban los delanteros.
Así las cosas, a Bengoetxea, que se enredaba, le costó calibrar el punto de mira a niveles imperiales. En una alcanzada acabó con un golpe en la nariz y eso le desbocó un poco, le paró en liza. Circunstancia que aprovecharon los colorados, roma en ese momentos la dentellada de un atado Bengoetxea, para abrir brechas. Acorazados los riojanos en defensa, los huecos generados por los remates del caracolero levantaron cartones de su lado, alargando el luminoso del 5-3 al 11-7, con reparto de crochés incluido.
Oinatz, Levántate y anda Apóstol del espectáculo el delantero leitzarra y bien secundado, Oinatz volvió al duelo de ingenio planteado por el caracolero. Y resurgió. Empezó a diablear por el camino de la amargura y Titín cayó en su trampa. Además, Apraiz reventaba el cuero sin problemas, dando una imagen de notable alto, lo que provocaba problemas al menor de los Merino. Se puso a mandar David con el 14-17 y los colorados, entonces, rompieron la dinámica para igualar la contienda y acercarse al 20-19. Fue un espejismo: entre el caviar de Bengoetxea y el potaje de Apraiz el banquete tomó lustre.