pamplona. Mañana se cumplen 20 años desde que el pelotari Rubén Beloki se vistiera de blanco por primera vez para debutar como profesional en el frontón Anoeta. A sus 18 años recién cumplidos, y de la mano del delantero de Añorga Mikel Unanue, el zaguero de Burlada llegaba ilusionado y nervioso al frontón de San Sebastián, en el que le esperaba la pareja a batir, formada por Pampi Laduche y Joxean Tolosa, que representaban una dupla experimentado.
Su debut como manista profesional causó la misma expectación que si se tratara de un pelotari consagrado y su juego no pudo dejar mejor sabor de boca. El zaguero dejó clara su valía como pelotari a pesar de los lógicos altibajos fruto de los nervios de un partido en el que se jugaba mucho, y consiguió salir con la cabeza bien alta, dejando tras de sí un satisfactorio 22-19.
En el primer tanto del encuentro, Beloki ya deslumbró con un rebote que dejó al público sumido en la euforia. Un sentimiento que se vio frenado más tarde por una mala racha en el partido que comenzó tras lanzar varios pelotazos por encima de los límites superiores de la pared. Sin embargo, como un auténtico campeón, Beloki supo resurgir de sus cenizas y junto con Unanue, fue capaz de remontar un 19-16 hasta concluir el partido desbordado de alegría.
Por aquel entonces, Rubén Beloki y Patxi Eugui estaban considerdos como el relevo de Julián Retegui y Ladis Galarza, los grandes campeones por excelencia en aquel momento de la pelota navara. Tras ese primer partido como debutante profesional, el zaguero burladés superó las expectativas y ya dejaba entrever un futuro muy optimista.
el día más feliz de su vida Una alegría que sin embargo estuvo teñida de luto ese día por la muerte de su abuela que había fallecido el día anterior tras permanecer varios días enferma en la UVI, lo que provocó la ausencia de su familia en las gradas de Anoeta. A pesar de todo, el manista estuvo arropado por su cuadrilla de amigos, su novia y algunos de sus primos, que se desplazaron hasta el frontón donostiarra para no perderse un día que posteriormente Rubén calificó como "uno de los más felices de su vida".
Tampoco faltaron en las gradas las figuras más relevantes de la pelota del momento, como Patxi Eugui y Ladis Galarza, así como varios remontistas profesionales.
Tras el partido, Beloki era un hombre exultante en los vestuarios de Anoeta: "Estoy muy contento, ha sido fabuloso y aunque hubiera ganado por un solo tanto, lo hubiera firmado antes del encuentro; ha sido extraordinario", afirmó el pelotari.
A pesar de no haber quedado demasiado contento con su juego, el joven burladés se veía con futuro en el mundo de la pelota profesional: "Esto me da muchas esperanzas y muchas ganas de seguir trabajando duro porque los éxitos llegarán más tarde o más temprano", reconoció el recién entrenado pelotari profesional.
Y efectivamente así fue. El burladés no sabía entonces qué razón tendrían aquellas palabras que se acabarían haciendo realidad tan solo unos meses después cuando se alzara con su primer título profesional: el Campeonato Manomanista de Segunda. Este sería tan solo el preludio, ya que cuando se retiró a finales del pasado año 2011, Rubén Beloki acumulaba en su palmarés cuatro txapelas manomanistas y dos del Campeonato de Parejas, entre otras muchas que logró cosechar en 19 años de éxitos que comenzaron a partir de ese 21 de agosto de 1992.
Rubén Beloki y Mikel Unanue sonríen después de la victoria.