ESPAÑA Navarro; Alonso, Barnó, Begoña Fernández (2), Eli Pinedo (5), Mangué (3), Aguilar (4) -equipo inicial- Ciobanu, Marta López, Nely Carla Alberto (6), Beatriz Fernández (5), Cuadrado (1), Amorós y Elorza.

MONTENEGRO Bajaktarovic; Miljanic (2), Katarina Bulatovic (9), Knezevic (1), Popovic (6), Savic, Lazovic (2) -equipo inicial- Vukcevic, Radicevic (2), Dokic, Jovanovic (1), Radovic, Bulatovic (1) y Mehmedovic (1).

Parciales 2-3, 7-7, 12-10, 13-13 (descanso) 14-14, 19-19, 22-25, 26-27 (Final).

Árbitro Krstic y Ljubic (SLO).

Estadio Basketball Arena, 12.000 esp.

Londres. La selección española femenina de balonmano deberá conformarse con pelear mañana ante Corea del Sur por el bronce, tras caer ante Montenegro, en una semifinal en la que el conjunto español nunca pudo encontrar la solvencia defensiva que le había permitido llegar a la lucha por las medallas. Sobrepasada por el exceso de ganas con el que afrontó la semifinal, el conjunto español fue incapaz de inicio de dotar a su sistema defensivo de la solidez que le había caracterizado hasta el momento en el torneo.

Esta circunstancia cargó en exceso la responsabilidad sobre la portera Silvia Navarro, que, pese a mantener la misma brillante línea que ha mostrado durante todos los Juegos, no pudo repetir el increíble partido que protagonizó ante las balcánicas en el pasado Mundial de Brasil. Y es que era imposible que la guardameta española, como ocurrió el pasado mes de diciembre en Sao Paulo, volviera a contabilizar las cuarenta y tres paradas que acabaron por desquiciar a las temibles lanzadoras montenegrinas.

Estas cañoneras parecieron querer tomarse hoy la revancha por lo ocurrido en el Mundial brasileño, especialmente Bojana Popovic, la gran estrella del conjunto balcánico, que en la primera mitad ya sumaba el doble de goles que hace unos meses en Sao Paulo. Una muy mala noticia para el equipo español, que se vio abocado al peor encuentro posible ante el poderío anotador de la balcánica, a la que no la importa convertir sus duelos en un constante intercambio de goles.

España no estaba dispuesta a que nada le robará el sueño de disputar su primera final olímpica, y si en defensa no estuvo a su nivel, en ataque, eso sí, muchas veces más por coraje que por juego, mantuvo en todo momento el pulso a las montenegrinas, De la mano de una impresionante Nely Carla Alberto, que sumó cinco goles en la primera mitad, la selección española logró mantenerse siempre viva en un marcador, en el que España llegó a gozar de una renta de dos goles (12-10) a seis minutos para el descanso.

La dinámica no cambió en la segunda mitad, al menos en el caso de Montenegro, que siguió martilleando puntualmente la portería de un conjunto español, al que cada vez le costaba seguir más el ritmo goleador de las balcánicas. Pese a que España logró (18-18) igualar de nuevo con dos acciones de Macarena Aguilar, siguió mostrándose excesivamente permeable.

La endeblez defensiva acabó lastrando definitivamente las opciones de victoria del conjunto español (19-24). Las montenegrinas supieron administrar sus rentas hasta el final.