Londres. La gran ofensiva asiática en los Juegos Olímpicos se está volviendo inquietante. China sigue adelante de forma impresionante con su plan de asumir la cima del medallero. Pero el avance de Corea del Sur también es sistemático. Y también Japón y Kazajistán sorprenden con sus éxitos y aspiraciones. La relación de fuerzas se amplió en Londres'12. Tras 220 de las 302 competiciones, prácticamente una de cada tres medallas de oro fue para Asia. "Asia tiene, como en lo político y lo económico, un papel cada vez más importante en el deporte", analizó el vicepresidente del COI Thomas Bach.
Tras lograr el primer puesto en el medallero en los Juegos de Pekín con 51 medallas de oro y 100 en total, las autoridades dejaron bien claro el objetivo antes del viaje de la delegación a Londres. El país quiere manifestar su grandiosidad también en el deporte y demostrar que lo de Pekín no fue casual. Los chinos participan en 23 de las 26 disciplinas deportivas de Londres. Cuando faltaban cuatro días para el fin, ya tenían 36 oros, 22 platas y 18 bronces. La televisión estatal CCTV celebra ampliamente cada metal dorado que obtienen los atletas. China ya está acostumbrada al recelo de los rivales y también a la acusación de dopaje sistemático. Y eso que en la capital británica incluso la Agencia Mundial Antidoping (AMA) está de parte de la nueva superpotencia deportiva pues, en septiembre de 2011, la Agencia China Antidoping completó la aplicacion del sistema de gestión y desarrollo antidopaje ADAMS. De esta manera, los controladores al menos saben dónde están los atletas chinos.
Aunque quedan preguntas sin responder. Tras el rendimiento supuestamente inexplicable de la nadadora Ye Shiwen, de 16 años, que mejoró su marca personal en siete segundos, la prensa mundial planteó abiertamente la siguiente pregunta: ¿Planea la cúpula deportiva china hacerse con el poder por todos los medios? La respuesta oficial de atletas y responsables: entrenamiento, disciplina y una cantera de talento prácticamente inagotable en una población de más de 1.300 millones de habitantes.
Los surcoreanos, por su parte, justifican su progreso con el apoyo de grupos industriales. Detrás del éxito del astro de la natación Park Tae Hwan, por ejemplo, hay todo un equipo, un fisioterapeuta, un entrenador personal y el técnico australiano Michael Bohl. El grupo es financiado por el operador de telefonía móvil SK Telecom. "La meta más importante del equipo en estos cuatro años de proyecto fue convertir a Park en el mejor nadador de los 400 metros", explicó el mánager del grupo, Ahn Jee Hwan. A SK le cuesta unos 1,7 millones de dólares sostener este equipo independiente. Incluso disciplinas nada populares en Corea del Sur como atletismo, tiro, esgrima o lucha son impulsadas por empresas. Así, la tiradora Kim Jang Mi, de 19 años, logró el oro en pistola en su debut olímpico. Los surcoreanos no sólo cuentan con uno de los grandes patrocinadores del COI, Samsung, para concretar sus ambiciones. A través de una fundación estatal para la promoción del deporte, se entregan generosas recompensas por los éxitos. Los ganadores de medalla tienen derecho a una renta de por vida y un campeón olímpico de Londres recibe al mes unos mil dólares.
También en Kazajistán el Estado se presenta como un socio fuerte del deporte. Después de todo, con grandes hazañas deportivas es fácil distraer a los habitantes del país del centro de Asia de sus problemas cotidianos. Cada victoria olímpica es premiada con casi 250.000 dólares. Hasta ahora, llevan seis oros.