DESPUÉS de invertir muchos millones de euros, la mayoría provenientes de capital privado, Gran Bretaña se marcó como objetivo superar las medallas obtenidas en Pekín. El objetivo se consiguió hace unos días, con la consiguiente alegría de los inversores y la delegación olímpica británica. Pero hay una pega. Los mayores logros de Gran Bretaña en estos Juegos se han conseguido con deportistas individuales. Los deportes de equipo, salvo el hockey hierba en ambas categorías, han fracasado estrepitosamente.

Chris Hoy se alzó con su sexto oro olímpico en ciclismo en pista, convirtiéndose en leyenda. Andy Murray llevó el delirio a las gradas del All England's Club de tenis tras vencer a Federer en la final. Wiggins completó un verano excepcional y tras conquistar el maillot amarillo en el Tour de Francia, se colgó el oro en su especialidad, la contrarreloj, prueba en la que Froome se hizo con el bronce. En definitiva, muchos éxitos a nivel individual, pero de los equipos, apenas hay rastro.

DEPORTES DEL EQUIPO

Debacle casi absoluta

Tan solo el hockey hierba salva el honor de los británicos en los deportes de equipo. Tanto la selección masculina como la femenina están entre los cuatro mejores equipos de la competición. En los demás deportes colectivos, fiasco absoluto.

En fútbol, ambas selecciones llegaron a cuartos de final, pero no pasaron de ahí. El combinado masculino, capitaneado por Ryan Giggs, sucumbió en los penaltis frente a Corea del Sur, y el conjunto femenino, cayó ante Canadá por 2 a 0.

Los resultados en baloncesto fueron peores. El combinado masculino, liderado por el jugador de Chicago Bulls Luol Deng, se despidió en la fase de grupos tras ganar un encuentro, ante China, por 90-58, de cinco disputados. La selección femenina corrió peor suerte. También fueron eliminadas en la primera fase, pero no llegaron a ganar ningún partido y ocuparon el último lugar de su grupo.

Gran Bretaña demostró estar a años luz del resto de participantes en balonmano. En la categoría masculina fueron últimos de grupo tras no ganar ninguno de sus encuentros de la fase preliminar. Recibieron una goleada tras otra, por ejemplo, contra Francia cayeron 44-15 y contra Suecia, 41-19. La selección femenina demostró estar a la altura de la masculina y repitió su actuación. Cinco partidos, cinco derrotas, anotando 91 goles y encajando 166. Los números lo dicen todo.

En voleibol siguieron por los mismos derroteros. Los representantes masculinos no fueron capaces de ganar un partido, ni mucho menos un set. Quedaron apeados como últimos de grupo. La selección femenina obtuvo un mejor resultado, pero no por ello fueron capaces de superar la fase de grupos. Consiguieron ganar a Argelia por 3 sets a 2. Esas tres mangas fueron las únicas que sumaron en su casillero, dado que no consiguieron vencer ninguna más y quedaron en penúltimo lugar.

El éxito británico queda copado por el individualismo. El deporte de equipo deberá esperar.