Marta Domínguez continúa en silencio. Así lo hizo notar en la final de los 3.000 obstáculos en la que la atleta palentina, envuelta en la Operación Galgo, no tuvo ninguna opción, no ya de victoria, sino de entrar en el podio. La que fuera campeona mundial en 2009 necesitó medio minuto más (9:36.45) que la rusa Yuliya Zaripova (9:06.72), vencedora sobre el tartán de Londres, lo que le permite unir el entorchado olímpico al mundial que conquistó en Daegu.

La presencia de Domínguez en los Juegos londinenses era una incógnita. La atleta abandonó hace un mes en la primera ronda de los Europeos de Helsinki y solo había completado una carrera a lo largo del curso, la que precisamente le dio el pasaporte para Londres. Su paso por la ronda de clasificación fue discreto. Lo que parecía una estrategia para ahorrar energía quedó descubierta ayer como falta de preparación. Domínguez apenas pudo resistir el primer ataque de una Zaripova que comandó la carrera de principio a fin.

Junto a la rusa se situó el trío de etíopes que disputaban la prueba y que eclipsaban la presencia de la keniata Milcah Chemos, poseedora de la mejor marca del año, que parecía predestinada a devolver a su país el oro de la prueba larga de los obstáculos. El grupo de cabeza completó el primer kilómetro a un ritmo infernal de 3:06.24 pero el segundo aún fue más rápido, 3:05, lo que dejó la pelea entre el sexteto principal. Hasta que Zaripova apretó.