londres. Los británicos se lo pasan bomba en el velódromo, en lo que ellos llaman el Pringle. No les faltan razones para montar la fiesta porque ayer sus representantes arrancaron a ritmo de oro y de records del mundo. En la prueba de sprint, el trío formado por Chris Hoy, Jason Kenny y Philip Hindes se impuso con una nueva marca en 42,747 segundos, que superó a la que habían logrado en la calificación, y eso que en su primera salida sufrieron un percance que hizo caer a Hindes. El veterano Hoy logró así su sexta medalla olímpica, quinto oro, y queda a una de las que posee Bradley Wiggins.

La plata en la competición fue para el equipo francés formado por Gregory Bauge, Kevin Sireau y Michael D'Almeida, que cruzaron la línea en 43.013 segundos, mientras que el bronce se lo colgaron al cuello los alemanes Rene Enders, Robert Forstemann y Maximilian Levy, terceros con 43,209 segundos.

También en la persecución los máximos favoritos para hacerse con el oro son los británicos Edward Clancy, Geraint Thomas, Steven Burke y Peter Kennaugh, que dejaron el récord del mundo en 3 minutos, 52 segundos y 499 milésimas para dominar la clasificación.

El óvalo londinense confirmó las expectativas respecto a su rapidez y provocó otros dos récords del mundo a cargo del dúo chino de sprint, Jinjie Gong y Shuang Guo, que sin embargo no ganaron el oro ya que en la final cometieron una irregularidad en un relevo y fueron sancionadas lo que dio el título a Alemania. El bronce fue para Australia. Antes, los jueces también habían descalificado a las británicas Jess Varnish y Victoria Pendleton.