ESPAÑA: De Gea; Azpilicueta, Botía, Iñigo Martínez, Alba; Javi Martínez (Min. 46, Herrera), Oriol Romeu; Isco (Min. 58, Tello), Mata, Muniain (Min. 65, Koke); y Adrián.
MARRUECOS: Amsif; Jebbour, Abarhoun, Feddal, Noussir; Bidaoui (Min. 71, El Hassnaoui), Kharja, Fettouhi, Labyad; Barrada; y Amrabat.
Árbitro: Benjamin Williams (Australia). Mostró tarjetas amarillas a Iñigo Martínez, Mata y Feddal.
Incidencias: 35.793 espectadores en Old Trafford.
El error de Adrián en el minuto 68 fue el perfecto resumen de la participación de la selección española de fútbol en los Juegos Olímpicos de Londres: un cero casi absoluto. El delantero del Atlético de Madrid, cuya presencia en la pasada Eurocopa había sido reclamada, se plantó ante el portero marroquí y no se sabe aún qué quiso hacer. Probablemente, intentó resolver el mano a mano con una vaselina lujosa, pero apenas rozó el balón de manera ridícula y la oportunidad de gol se escapó de forma tan lamentable como todo lo ocurrido anteriormente en esta semana londinense que Luis Milla y sus jugadores no olvidarán en su vida.
El jugador asturiano estuvo ayer particularmente negado porque en la primera mitad envió un balón al poste tras una buena jugada colectiva y en la segunda, casi en el minuto 90, decidió chutar a romper y la mano de Amsif envió el balón al larguero. Por mala suerte o no, el fútbol ha castigado la pésima preparación y disposición de España ante los Juegos, que pretendió afrontar como una pretemporada de menos a más y, al final, los Juegos, una cosa seria, se la llevaron por delante. La consecuencia ha sido cerrar como última y sin marcar un gol en tres partidos un grupo con Japón, Honduras y Marruecos. De hecho, los españoles han sido el único equipo de todo el torneo que no ha logrado anotar en la portería contraria.
Old Trafford no fue el teatro de los sueños, sino el escenario de una pesadilla, de un marrón que España se había ganado a pulso. Los tres jugadores del Athletic, que en marzo protagonizaron allí un momento histórico, volvieron a pasar desapercibidos en un choque esta vez sin nada en juego que alguno como Ander Herrera pudo ahorrarse, pero de nuevo participó 45 minutos en la segunda mitad que, de nuevo, dejó lo mejor de los de Milla.
intentos de marruecos Marruecos había sido superior hasta entonces, impulsado por su necesidad de ganar, ante un rival que trataba de sacarse de encima la sensación de fracaso. Los norteafricanos habían llegado varias veces en clara ventaja al área de De Gea, pero nunca supieron elegir bien sus opciones ni siquiera rematar a gol. Las mejores ocasiones fueron de Abdel Barrada. El jugador del Getafe erró en dos ocasiones ante el meta del Manchester United, que nunca habrá jugado un partido tan desagradable como local.
En cuanto los africanos supieron que el empate entre Japón y Honduras era inamovible y les dejaba fuera, bajaron el pistón de su intensidad lo que aprovechó España para tratar de buscar un honra imposible. Entre Adrián y un defensa marroquí, que sacó sobre la línea un cabezazo de Oriol Romeu, impidieron que el marcador se moviese. Brazos en jarra, manos al rostro y a la cabeza, impotencia... España quiso esconder su vergüenza y mal fario y se empleó con dignidad, pero el mal ya estaba hecho.