Londres. El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, se convirtió ayer, sin pretenderlo, en uno de los grandes protagonistas de la jornada de los Juegos Olímpicos al quedarse colgado del cable de una tirolina en el parque londinense de Victoria Park y ser rescatado con una cuerda tras cinco minutos en el aire y mientras un numeroso grupo de personas asistía atónito a la peculiar imagen ofrecida sin desearlo por el mandatario.
El alcalde no puso objeciones cuando le propusieron la posibilidad de deslizarse por la tirolina de Victoria Park, uno de los dos escenarios junto a Hyde Park en los que se está celebrando durante estos días el BT London Festival, un programa de conciertos y actividades deportivas para festejar los Juegos Olímpicos.
A veinte metros del final del trayecto, la tirolina se atascó y Johnson, vestido de impecable traje y ataviado con un casco protector azul, quedó suspendido en el aire ante varios centenares de personas, que estaban siguiendo las competiciones deportivas a través de las pantallas gigantes ubicadas para tal fin en este recinto.
"¡Traedme una cuerda o una escalera!", pidió a gritos el alcalde londinense, mientras, sin perder en ningún momento el sentido del humor ni el espíritu olímpico, agitaba dos banderas del Reino Unido y era fotografiado por los espectadores.
Durante los cinco minutos que permaneció en el aire, Johnson, alcalde de la capital inglesa desde 2008, animó a todos los allí presentes para que aplaudieran la primera medalla de oro del país obtenida ayer por Helen Glover y Heather Stanning, en remo femenino, ya que la delegación británica, pese a su consición de país organizador, no consiguió hasta la jornada de ayer acceder al escalón más alto del podio.
Un portavoz de Johnson aseguró a los medios de comunicación británicos que el alcalde se mantuvo "erguido" durante todo el tiempo que la tirolina permaneció atascada. "El jurado le penalizaría por su falta de estilo artístico", bromeó el portavoz.