ES muy impresionante. Es rápida. Si hubiera nadado conmigo, me habría ganado". Lo afirma Ryan Lochte, y no se refiere a ninguno de los tiburones que huelen la sangre del rival a su lado, sino a la china Shiwen Ye (Hangzhou, Zhejiang, 1-III-1996), que el pasado sábado no solo se colgó el oro en los 400 metros estilos, sino que estableció una nueva marca mundial, arrebatándosela a Stephanie Rice. Ocurre que su gesta no se detuvo ahí. La nueva sensación de la piscina, de apenas 16 años, invirtió 17 centésimas menos que el nuevo ídolo estadounidense, el mismo que bajó a Phelps del guindo, en trazar los últimos 50 metros y únicamente tres más en los últimos 100 según los parciales de sus respectivas finales.

No es de extrañar que la prensa del país asiático festejara la meteórica carrera de Ye, ya que según los medios chinos podría derrocar en el agua a cualquiera de estos corpulentos hombres fabricados entre mancuernas. "Lochte puede dar las gracias de que Shiwen sea una mujer y no pueda competir contra él", analizaba la agencia Xinhua. Y es que triunfó con un registro de 4:28.43, rebajando en más de un segundo el récord de la australiana Stephanie Rice con 4:29.45. Corroboran esta sensación los entendidos de la natación y amantes de la estadística, dado que la promesa hecha realidad rubricó un parcial de 28.93 segundos en los últimos 50 metros, en tanto que Lochte, en su final de la misma disciplina, firmó un 29.10 a partir del último volteo.

La impresionante aceleración final de Shiwen Ye se plasmó igualmente en el último hectómetro, en los que hizo 58.68 frente a los 58.65 del norteamericano, si bien en favor de este hay que precisar que en el instante de girar por última vez en su afán de recorrer el último largo, disfrutaba ya de una cómoda, casi insultante, ventaja superior a los tres segundos sobre el brasileño Thiago Pereira, mientras que la nueva prodigio china llegaba más apretada, con menos de un segundo sobre la estadounidense Elizabeth Beisel.

pupila de david liles Cuando Shiwen Ye nació, se oteaban en el horizonte los Juegos de Atlanta, y hasta hace escasos meses era prácticamente una desconocida, de ahí que su irrupción haya causado incluso mayor incredulidad. Hace noventa días su mejor marca personal era de 4:35.17, casi siete segundos por encima de la que nadó hace 48 horas, bajo el griterío de un Centro Acuático que no daba crédito a lo acontecido, mientras su paisanos se congratulaban también del oro en 400 libres de Sun Yang, al tiempo que a ella le escoltó en el podio su compañera de equipo Xuanxu Li, que fue bronce. Nacida en la localidad de Hangzhou, en 2010 empezó su travesía con la conquista de una medalla de oro en los Campeonatos nacionales chinos en los 200 estilos, haciéndose asimismo con el metal más preciado en los Juegos de Asia en idéntica especialidad. Un año después se presentó a nivel internacional con otro oro, de nuevo en 200 estilos, en los Mundiales de Shanghai. Ye lleva una década ejercitándose en plan profesional desde que fue descubierta con cinco años y entró en el programa de entrenamiento acuático liderado por el técnico británico David Liles, que somete a las chicas residentes a un arduo y exigente planning merced a los conocimientos de entrenadores internacionales. "Es una combinación ganadora", explicaba el propio Liles en una reciente entrevista. Se ha sumado al proyecto otro míster estadounidense con mucho recorrido en el continente europeo, Chris Martin, quien quedó sorprendido con el positivo cambio de la natación china. "Era una nadadora totalmente desconocida, pero con los chinos ya se sabe que pasan están sorpresas", sostuvo con gesto sonriente Luis Villanueva, el director técnico de la Federación española.

"Entrenamos muy bien, con una base científica. Por eso hemos mejorado tanto", justificó Ye su rendimiento. Y mientras tanto, la televisión estatal china repite una y otra vez la gesta de la nadadora, de quien destacan el hecho de ser una de las deportistas más atractivas de la delegación nacional, además de tener un origen humilde, ya que sus padres tienen un pequeño restaurante en el sur de China. Al parecer, Lochte se felicita de que naciera mujer.

Shiwen Ye realizó unos últimos 50 metros estratosféricos. Foto: afp

España sigue coleccionando fracasos

Como en España nadar por la mañana implica que alrededor el nivel es demasiado bajo, ello repercute cuando se llega a una cita de estas características y hay que darlo todo desde primera hora. Vamos, que el mundo se les viene encima a los nadadores estatales si se compite tras la salida del sol. Es la última excusa en que se han refugiado para tratar de justificar fiascos como los coleccionados en el Centro Acuático londinense. Esta tesis salió ayer de la boca del catalán Juan Miguel Rando, eliminado en las series de los 100 espalda. "Aunque hayamos enfocado los entrenamientos buscando intensidad por la mañana, no es lo mismo jugarte todo a una carta que nadar en España por la mañana, que vas probando cositas y por la tarde lo das todo". Asimismo, tras su última plaza en los 400 estilos, Mireia Belmonte no tuvo opción alguna de clasificarse para la final de 400 libre, perjudicada por discurrir en la serie más lenta. También Melanie Costa se quedó fuera de la final de los 400 metros libre, además de Duane Da Rocha, que cayó en las series de 100 espalda. Aschwin Wildeboer, que accedió a las semifinales de los 100 espalda con el último tiempo, hizo 53:99, séptimo de su serie, y se quedó sin final.

natación

"Es muy impresionante cómo nadó de rápida. Si lo hubiera hecho a mi lado, me habría ganado"

ryan lochte

Nadador estadounidense

"En Shanghai estamos entrenando con una base científica, por eso hemos mejorado tanto"

shiwen ye

Nadadora china

"Era una nadadora desconocida, pero con los chinos ya se sabe que pasan estas cosas"

luis villanueva

Director técnico de la Federación española