Vitoria. Bañador, bicicleta, zapatillas. Natación, ciclismo, carrera. Tres deportes diferentes unidos en uno solo. Y, encima, con distancias solo aptas para los más valientes. El día tan esperado por todos llega después de semanas de preparativos, de medir al milímetro todos los entrenamientos, de cuidar hasta el más mínimo detalle hasta el más ínfimo de los aspectos relacionados con una prueba que durante unas horas, Juegos Olímpicos aparte, situará el foco deportivo sobre la ciudad de Vitoria. Una oportunidad de oro, otra más, para que la capital alavesa se engalane y saque a las céntricas calles de la ciudad todo su espíritu deportivo para alentar a los más de 1.200 triatletas que tomarán parte en un Campeonato del Mundo de larga distancia en el que, por si fuera poco, el vitoriano Eneko Llanos es uno de los grandes favoritos a la medalla dorada.
La jornada arrancará a las 8.30 horas para los triatletas con la prueba de natación en las cercanías de Landa, en el embalse de Ullibarri. Un circuito en forma de L de cuatro kilómetros de largo en unas aguas habitualmente tranquilas pero que estarán un poco más frías que de costumbre a estas alturas del año por la bajada de temperaturas de las últimas horas. En total, cinco largos (1.500 metros, 700, 300, 300 y 1.200) para que los mejores nadadores comiencen a marcar distancias y en los que los favoritos que no se defiendan tan bien en el agua intentarán perder el menor tiempo que sea posible antes de afrontar la transición hacia la bicicleta.
Partiendo desde Landa y bordeando el embalse, la ruta de 120 kilómetros se adentrará en la Llanada Alavesa para llegar hasta Gordoa, coger el giro hacia Agurain, desde allí, y retornar hacia el punto de arranque pasando por Durana para comenzar la segunda vuelta al circuito, que en esta ocasión tendrá un final diferente al adentrarse en el propio corazón de Vitoria, donde acabará de definirse la prueba con la carrera a pie.
Esos 120 kilómetros en bicicleta, prácticamente llanos sobre el plano, resultan de lo más engañoso. El sube y baja de las carreteras alavesas por esa zona es una constante y no hay apenas tramos en los que el asfalto permita un respiro. Un circuito rápido, pero en el que está prohibido dejar de dar pedales, más aún teniendo en cuenta que en esta prueba no se permite coger rueda a los rivales. Por si fuera poco, la posible aparición de rachas de viento en este tramo puede contribuir a endurecer todavía más el segundo sector.
Bellos parajes los que contemplarán los triatletas, si es que les queda tiempo para ello, tanto en el pantano como en las carreteras de la Llanada, pero, sin duda, el punto culminante de este Campeonato del Mundo llegará con el sector definitivo, la carrera a pie que tendrá como escenario el centro de Vitoria, sus calles más reconocibles. Un punto distintivo que la organización ha querido darle a la prueba y que a buen seguro contribuirá a aumentar el colorido de la misma.
Espectacular final La transición entre la bicicleta y las zapatillas se llevará a cabo en la calle Olaguíbel, donde arrancará un circuito de 7,5 kilómetros al que los triatletas deberán dar cuatro vueltas (30 kilómetros) para definir la identidad del nuevo campeón mundial de larga distancia. Tras el cambio de equipación, los corredores bajarán por la cuesta de San Francisco para incorporarse al circuito final y comenzar la primera vuelta donde estará situada la meta, en la Plaza de España. Virgen Blanca, Herrería, Siervas de Jesús, Cercas Bajas, Prado, Cadena y Eleta, Florida, Paseo de la Senda, Paseo de Fray Francisco y llegada hasta el final del Paseo de Cervantes antes de emprender el camino de regreso por esas mismas calles hasta la línea de meta, aunque con desvío por el Paseo del Batán para rodear la zona universitaria a través de Nieves Cano, Comandante Izarduy y regresar hacia la Senda por el Paseo de la Universidad. Una vez alcanzada la calle Prado, la carrera irá por Postas e Independencia para dar la vuelta en Fueros y encarar el regreso a la Plaza de España.
A través de estas céntricas calles y de un paseo reconocible para cualquier vitoriano se decidirá el Mundial. Se trata de un recorrido sin apenas desnivel, pero marcado por el callejeo en el primer tramo del circuito y por un cambio casi permanente en esos primeros metros de superficie. La segunda parte, hasta el regreso al centro, está caracterizada por las largas rectas de los paseos vitorianos.
Es en esta zona donde se espera que toda la ciudad se vuelque para apoyar a su vecino, Eneko Llanos, en el reto por conquistar su segundo título mundial de larga distancia y, encima, en casa. Eso sí, para nada lo tendrá fácil el triatleta local ante una lista de importantes competidores que estará encabezada por el australiano Chris McCormack, quien, junto al luxemburgués Dirk Bockel y al francés Sylvain Sudrie, se presenta como uno de los grandes aspirantes al primer cajón.
En categoría femenina las máximas favoritas son la británica Jodie Swallow, la suiza Caroline Steffen y la danesa Camilla Pedersen, entre las que tratará de colarse la vizcaína Virginia Berasategui.