vitoria. la pista central del All England Tennis Club acogerá hoy la final masculina entre Roger Federer y Andy Murray, pero en el ambiente flotarán otros dos nombres, los de Pete Sampras y Fred Perry. Y es que, además del título, el suizo y el británico buscan un lugar en la leyenda del tenis. Será una final histórica entre dos hombres que afrontan sendos retos gigantescos.
Federer tiene a una victoria la posibilidad de batir uno de los grandes récords de la historia del tenis: el de más semanas como número uno del ranking, en posesión de Pete Sampras, que estuvo en lo más alto 286 semanas. Parecía que al tenista de Basilea, en cuyo palmarés figuran 16 Grand Slams, se le había escapado definitivamente ese tren. Una derrota ante Robin Soderling en los cuartos de final de Roland Garros en 2010 le descabalgó del primer puesto y la tremenda pujanza de Novak Djokovic y Rafa Nadal, unida a su edad (el 8 de agosto cumple 31 años), hacían muy difícil su regreso a lo más alto.
Pero hoy Federer reclama su trono. Pese a que no gana un Grand Slam desde el Abierto de Australia de 2010, su regularidad en los últimos compases de 2011 y en lo que va de 2012 le ha permitido tener el número uno de nuevo a tiro. El primer paso lo dio el viernes derrotando a Djokovic, poseedor de esa privilegiada posición. El segundo tendrá que darlo derrotando en la final a Andy Murray. Si lo hace, igualará esas 286 semanas en lo alto de la ATP y el próximo lunes las superará, alcanzando las 287. Pero es que alcanzará otra marca histórica: la de siete títulos de Wimbledon, impresionante cifra que poseen el propio Pete Sampras y el británico William Renshaw, aunque los triunfos de este último datan del siglo XIX, por lo que resultan gestas muy difíciles de comparar.
Enfrente del genio suizo estará Andy Murray, en busca de otra de esas gestas que quedan para el recuerdo. En su caso, para el recuerdo británico, ya que tratará de romper con la terrible sequía de los tenistas locales, que no ganan su torneo, Wimbledon, desde 1936. Hoy pueden acabar nada más y nada menos que 76 años de historia. Se dice pronto. Aquel año, Fred Perry conquisto su tercer título en el All England Tennis Club tras derrotar en la final a Gottfried von Cramm. Nadie podía imaginar entonces que pasarían tantos años sin que el público celebrara un triunfo británico. Bunny Austin lo intentó dos años después, pero cayó en la final ante el americano Don Budge.
Desde entonces, ni siquiera un finalista británico. Tim Henman fue quien más cerca estuvo, pero cuatro veces cayó en semifinales. El viernes, Andy Murray derribó esa barrera derrotando a Tsonga. Su emoción tras el choque, aguantando las lágrimas en el centro de la pista ante la ovación del público, demostró que no era un triunfo más. También fue significativa la imagen televisiva, enfocando la estatua de Fred Perry que hay en el All England Tennis Club. Murray ha perdido las tres finales de Grand Slam que ha disputado (dos en Australia y otra en el US Open), y busca un título que, por fin, le encumbre.
Murray celebra su triunfo en semifinales. Fotos: efe
Federer, tras derrotar el viernes a Djokovic.