Croacia es un clamor contra Wolfgang Stark, el árbitro alemán que se comportó de forma benévola con España al dejar sin sanción dos flagrantes penaltis cometidos por Sergio Ramos y Busquets (minutos 26 y 86), el último de ellos poco antes de que Navas sellara el gol del triunfo de la tropa de Del Bosque en una posición dudosa pero reglamentaria. El colegiado, que se hizo famoso por la expulsión de Pepe en la semifinal de Champions entre Real Madrid y Barcelona en 2011, tampoco apreció pena máxima en un manotazo claro sobre Piqué pero en líneas generales fue la escuadra de Slaven Bilic la que salió seriamente perjudicada. Lo más evidente es que, como indica Urizar Azpitarte a este periódico, la UEFA "no está aplicando la rigurosidad en las áreas que prometió" Pierluigi Collina cuando visitó a los jugadores de las distintas selecciones y advirtió de que los trencillas no iban a dejar pasar una en la presente Eurocopa.

"Nos han robado. El cegato de él no vio el penalti", se quejó con amargor Vedran Corluka, en la onda de los diferentes medios de comunicación del país balcánico. "Quien eliminó a Croacia fue el árbitro", plasmó el diario Jutarnji list, mientras que en la televisión se subrayaba la "valentía y orgullo" de un conjunto que cayó víctima de la "injusticia". El seleccionador Bilic prefirió destacar dónde falló su colectivo pero no pudo obviar que "todos dicen que hay un penalti sobre Corluka. Cuando juegas contra el campeón mundial, este no necesita ayuda y la tuvo permanentemente en los pequeños detalles. Pero, ¿qué puedo hacer?". Se refiere el técnico al agarrón que sobre su futbolista cometió Busquets a la salida de un córner, una jugada que, según el exárbitro vizcaino, "es difícil de ver porque había demasiados jugadores en la trayectoria de la visión del colegiado".

el gol, lo único que vio No así en el balón que cortó Ramos mediada la primera parte. "Si Stark no pudo verlo, quien sí debió hacerlo es el nuevo árbitro de área", precisa Azpitarte, "porque el esférico marcha en su dirección. Sergio entró con la plancha sobre Mandzukic y la impresión es que lo tocó, por lo que además tuvo que ser amonestado". Sí acertó al no pitar fuera de juego en el gol de España. "Aunque en el inicio de la jugada Navas parte en posición ilegal, el balón no va a él ni se encuentra en la dirección de la pelota. El encargado de recoger el pase de Cesc Fàbregas es Iniesta y, una vez el manchego se hizo con ella se inició una nueva acción, por lo que la anterior situación antirreglamentaria del extremo queda invalidada". La mano extendida de Iniesta también puede estar milimétricamente adelantada pero al no ser una extremidad del cuerpo con la que un jugador pueda marcar un gol válido, tampoco existe fuera de juego. "En el minuto 66 Piqué es objeto de un golpe en su nariz con el brazo por Mandzukic y debió ser penalti", aclara Azpitarte, para quien Stark no fue fiel a los principios que ha exhibido a lo largo de su carrera en la Bundesliga. "No fue él mismo en labores menores como a la hora de seguir el juego de cerca y en no dejar espacio para las protestas. Hablan de él como alguien que evita discusiones y que es muy estricto, pero las pasó por alto", explica.

Curiosamente, en el entorno español, principalmente en los medios de comunicación, se reconocía que el equipo de Del Bosque había recibido el empujón arbitral de Stark, si bien, una vez dicho, prefirieron no ahondar en la polémica. Algún debate nocturno se permitió el lujo de decir de entrada: "Bueno, sí, nos han ayudado, pero no lo digamos. Otra cosa sería si nos pasa a nosotros". En el popular Punto Pelota, su conductor Josep Pedrerol aseguró que "llego a ser croata y en el programa de hoy incendiamos el césped por los dos penaltis que nos tangaron". El análisis se ha centrado preferentemente en las carencias que ha dejado al aire la propuesta española y en la milagrosa actuación de Casillas que, sumada a la maestría de Iniesta, salvó los muebles. Marca admitía que "Stark no pitó tres claros penaltis" titulando con un "Para ser campeón hay que sufrir", mientras que el diario As se afanó en loar a "San Iker" y en aludir al "susto" padecido. Tanto Mundo Deportivo como Sport apuntaron a la entrada en el terreno de juego de Cesc como la solución al jeroglífico dibujado por la retaguardia de Croacia delante de Pletikosa.

el peor de la bundesliga En suelo balcánico el lamentó se dirigía al hecho de no haber atrapado el billete a cuartos de final sin dejar de mirar al ínclito árbitro que ya tuvo enfrente el Athletic ante el Atlético de Madrid en la final de la Europa League. Stark, de 42 años y empleado de banca, fue calificado el pasado año como el peor árbitro de toda la Bundesliga en una votación de la prestigiosa revista Kicker en la que participaron 286 jugadores del campeonato, por delante de sus compañeros Babak Rafati y Florian Meyer. De hecho, fue el primero en sacar de quicio a Mourinho en un duelo ante el Lyon donde no consideró penalti una mano de Gourcuff: "Es inaceptable que cuatro ojos -los del árbitro y el asistente de esa banda- no hayan visto lo que vimos todos. Yo lo vi y estaba a 50 metros", declaró el luso. En el Mundial de Sudáfrica uno de sus objetivos era hacerse con la albiceleste de Messi tras un partido entre Argentina y Nigeria: "Me gustaría que me diera su camiseta. Es uno de los mejores jugadores del mundo y es un placer verle jugar".

el malestar derivó en incidentes La prensa balcánica se consoló con la fortaleza de su selección. "En cualquier otro grupo hubiésemos pasado pero la tradición ha hecho finalmente lo suyo", decía el montenegrino diario Vijesti, aplaudiendo "la magistral asistencia de Luka Modric que no supo materializar" el sevillista Rakitic. En el Jutarnji list se destacó que "la historia del fútbol croata llorará y recordará el 18 de junio de 2012 para siempre, el encuentro de Gdansk. Cuando parecía que la poderosa España pendía de un hilo delgado, el árbitro cometió un error o dos para dar el triunfo a la furia". Este malestar se trasladó a las calles después del partido, ya que en el sector croata de la ciudad meridional bosnia de Mostar, cuatro personas, tres de ellas policías, fueron heridas cuando 200 hinchas croatas se enfrentaron a la policía bosnia. Los fanáticos rompieron cristales en paradas de autobuses, dañaron señales de tráfico y apedrearon a los agentes que intervinieron para dispersar a la gente, con la detención de siete personas.

Mientras en Italia daban las "gracias" a España por no haber sucumbido al trato -al llamado biscotto-, con titulares como "Traguémonos el bizcocho" (Corriere dello Sport); los chicos del políglota y rockero Slaven Bilic, que deja la selección para enrolarse en el Lokomotiv de Moscú, se secan las lágrimas a la espera de tomarse la revancha sin hablar más de Stark. "Teníamos un plan, nos mantuvimos fieles a él y a nuestra estrategia de trabajar de forma agresiva excepto en que no aprovechamos nuestras oportunidades", insiste el míster. Veremos si para colmo se premia al alemán.