Bilbao. "Hemos hecho el tipo de entrenamiento que hacemos casi siempre en este tipo de citas", analizaba ayer Aimar Olaizola, tras ejercitarse por primera vez en el frontón Bizkaia antes de la final del Manomanista del próximo domingo 24 de junio. "Llevaba mucho tiempo sin venir a jugar a este frontón. Y el color el distinto y la pelota sale distinta que en los otros frontones que he jugado este mano a mano. Hemos entrenado bien, más que nada hemos peloteado y hemos practicado los saques. He acabado muy a gusto", explicó el manista goizuetarra. El delantero de Asegarce estuvo acompañado de Mikel Urrutikoetxea, uno de los mejores valores en lucha individual de los que dispone la operadora vizcaina, quien explicó que "hemos hecho un buen entrenamiento, hemos sudado bastante". Asimismo, al acabar la sesión, que se alargó desde las 11.00 horas hasta las 13.30, Aimar despejó dudas, esgrimiendo que "me he encontrado sin problemas y lo más importante para mí era eso. Desde el sábado no había tocado pelota y he estado una hora y media jugando sin molestias". "Prefiero olvidar todo lo que he pasado. A pesar de los dolores tenía mucho miedo en la cabeza, porque venía de la lesión que tuve antes. Ahora mismo, estoy muy contento porque no tengo molestias", manifestó el de Goizueta, que apostilló que "espero estar como contra Oinatz Bengoetxea, porque contra Juan si no juego como mínimo como el sábado será muy difícil ganar la txapela. De hecho, jugando casi perfecto ya es muy difícil ganarle al mano a mano, porque ya sabemos todos el potencial que tiene en el mano a mano". La hoja de ruta marcada por el delantero navarro pasa por descansar hasta el lunes "porque no quiero cargar mucho el brazo y después del entrenamiento no quiero meterle mucha tralla. Después del entrenamiento, además, iremos a la concentración de Biazteri con Asegarce". Los pelotaris de la operadora bilbaina pasarán desde el lunes 18 hasta el jueves 21 de junio en las tradicionales concentraciones planteadas para unir al grupo. En años anteriores se eligió Lekeitio para llevar a cabo la reunión, pero en esta ocasión los gestores se han decantado por el Hotel Villa de Laguardia. Por otro lado, el delantero de Goizueta esgrimió que "uno nunca se acostumbra a jugar finales. Para mí, es muy importante. Se trata de una final más y que sea la séptima del mano a mano es importante. Pero hay que estar contento con el trabajo que se está haciendo, porque no es fácil jugar siete finales". "La teoría del mano a mano parece sencilla, pero luego a la hora de jugar es diferente y hay que demostrarlo vestido de blanco y en la cancha. Se juega muy rápido y se hace mucha tacada con el saque últimamente. Hoy en día con las pelotas que tenemos tienes que sacar largo y, desde el nueve o el diez, casi no da tiempo llegar delante. Se juega muy rápido y es complicado", remató.