Vitoria. Hoy miércoles el Real Madrid tiene la oportunidad de sentenciar en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante el Barcelona (22.00 horas, TVE1) la que sería su novena Liga ACB y su trigésimo trofeo de liga estatal ya que contaba con veintidós antes de gestarse la competición organizada por la Asociación de Clubes de Baloncesto.
El equipo entrenado por el vitoriano Pablo Laso excedería el propio título con la consecución del mismo, al dar paso, de manera evidente, a un nuevo cambio de ciclo en la Liga ACB. De hecho, los merengues no figuraban desde la temporada 2006-07 -año en que consiguió su último campeonato- entre la verdadera nobleza del baloncesto español. Sin embargo, la Copa del Rey alzada en el Palau Blaugrana en febrero, paliza mediante a los culés; el alto nivel de juego mostrado a lo largo del año y la suficiencia con la que está afrontando esta final -unido todo ello a la avanzada edad y el declive en el rendimiento de la plantilla catalana- auguran un cambio de las tornas en la hegemonía baloncestística estatal, asumida por el Barcelona hasta este curso y cuestionada tan sólo por el Baskonia en los últimos años.
Mucho tendrán que esforzarse los pupilos de Xavi Pascual para enderezar el rumbo que ha tomado esta final. Sobre todo, tras el encuentro disputado el lunes en Madrid, en el que los hombres de Pablo Laso dieron un baño antológico a los catalanes que terminaron por sucumbir 85-59 y se vieron impotentes y desconcertados como demostró la tángana instigada por Mickeal.
Buena parte de la culpa de aquello la tuvieran la batería de suplentes del conjunto blanco. Sin fichajes de relumbrón y con la urgencia de recuperar a más de un jugador para el baloncesto de élite, Laso ha devuelto la confianza al grueso de una plantilla que se mueve con soltura por la cancha y que respeta la composición coral impuesta por el técnico vitoriano. Paradójicamente, la democracia es una imposición en el club merengue y cualquiera puede asumir galones según el momento de la temporada o el tramo del encuentro.
Así lo llevan demostrando los blancos a lo largo de toda la serie. No hay más que echar un vistazo a las estadísticas de los tres partidos disputados hasta la fecha para corroborar este extremo. La aportación del banquillo madrileño ha ido creciendo partido a partido, dentro de esta final. Tan sólo en el primero, el único ganado hasta el momento por el Barcelona, los titualres blancos anotaron más que los reservas. Un 45% de la anotación. En el segundo, esta cifra se incrementó hasta un 56% mientras que en el encuentro disputado el lunes los habituales ocupantes del banquillo madridista aportaron un 65,8% de los 85 puntos que lucía el marcador al finalizar el choque. 56 en total. Especial mención a este respecto merecen Felipe Reyes y Jaycee Carroll, los dos máximos anotadores del cruce con 15 y 17 tantos respectivamente.
El Barcelona Regal deberá apelar también a su amplio plantel pero, sobre todo, a su eterno salvador, un Juan Carlos Navarro lastrado por una fascitis plantar que lleva arrastrando buena parte del curso. La supuesta superioridad en el juego interior culé tampoco se ha hecho notar en una serie que podría finalizar hoy. Diversas claves para la resolución de esta Liga ACB 2011-12.