Vitoria. Tomada la decisión de prolongar la vida del equipo decano en el World Tour, una cuestión de quórum absoluto, en los despachos de la empresa Euskaltel llevaban tiempo dándole vueltas a la elección del nuevo responsable de la dirección deportiva. De la boca de los que deciden han ido saliendo varios nombres. Propuestas de diferentes perfiles, formas divergentes de interpretar el ciclismo, caracteres opuestos, apellidos sonoros de hondo calado social y prácticamente desconocidos, gente con el culo pelado en esto de la bicicleta y jóvenes de la nueva escuela con mucha proyección. Se evaluaron las opciones posibles. Incluso, más atrevido y rupturista, se llegó a hablar de la posibilidad de que ese puesto lo ocupase alguien que, como ocurre en otros clubes deportivos de élite de Euskadi -el Athletic de Bielsa, el Caja Laboral de Dusko Ivanovic o el Gescrap de Fotis Katsikaris-, no fuera vasco, una apuesta fundamentada en la oportunidad de abrir las ventanas de la formación para que entrase aire fresco y que al final se descartó por arriesgada. Todo ese proceso largo y concienzudo de reflexión para acabar en un punto conocido, una reelección: Euskaltel ha confiado la dirección deportiva de su nuevo proyecto ciclista a Igor González de Galdeano, que aún no ha firmado su regreso pero que ya ejerce como manager y, aunque no está decidido, es más que posible que asuma la dirección del equipo en el próximo Tour de Francia.

La elección del alavés, sobre cualquier otra apreciación personal, atendería a las razones de la experiencia, el conocimiento de las entrañas del equipo y, sobre todo, a la excelente trayectoria acumulada en la dirección deportiva de Euskaltel-Euskadi desde su llegada, de la mano de Miguel Madariaga, en 2006. Desde entonces, los resultados, una cuestión pragmática, han acompañado a Galdeano, que, entre otras cosas, catapultó al prometedor Igor Antón, hizo crecer a Samuel Sánchez hasta un lugar tan elevado como el podio del Tour y siguió descubriendo a jóvenes valores ahora cotizados en el pelotón ciclista (Castroviejo, Nieve, Landa, los hermanos Izagirre, Peio Bilbao…) y referentes ineludibles del equipo en los últimos años. Con Galdeano al mando, Euskaltel descubrió el podio de la Vuelta, la victoria en una clásica, el podio del Tour en el que reconquistó la etapa de Luz Ardiden diez años después de Laiseka y encontró el camino para ganar en el Giro, una cuestión demorada durante 18 temporadas.

Las sombras de Galdeano se refieren, fundamentalmente, a su gestión humana, que se tradujo en la marcha de algunas de las promesas del equipo; los casos más recientes, los de Intxausti y Castroviejo, que emigraron al Movistar.

El regreso de Galdeano al equipo significa también que el gasteiztarra se encuentra totalmente repuesto de la saturación mental que le hizo renunciar a su cargo de manager hace tan solo nueve meses, en pleno éxtasis deportivo del equipo. Entonces alegó motivos personales para anunciar su marcha y se refugió en la familia, el mejor cobijo. Le había agotado, contaban en su entorno, la continua tensión y exposición a la opinión pública de un equipo tan particular como Euskaltel-Euskadi, en el que cada aleteo de alas de una mariposa es un terremoto. De todas maneras, en su despedida, tras la pasada Vuelta a España, aclaraba que su decisión, aunque irrevocable en aquel momento, no era una despedida definitiva al ciclismo, sino que la motivaba la necesidad de coger impulso para buscar otros retos profesionales. La dirección deportiva del nuevo Euskaltel puede cubrir ese deseo.

cambio de gestión El equipo al que vuelve Galdeano es el mismo pero distinto. Mantiene su identidad, la piel naranja y su nombre, aunque su redefinición es importante. Euskaltel seguirá siendo el principal patrocinador e incluso podría aumentar el presupuesto -en torno a siete millones de euros actualmente- para que la estructura gane músculo en la lucha por mantenerse en la élite del ciclismo. La intención es que las instituciones mantengan su vinculación a una estructura que no abandona la idea de país que le identifica desde su creación en 1994 y, de momento, no está prevista la entrada de un segundo patrocinador que acompañe a Euskaltel, pero no se descarta la idea de incorporar otra firma comercial como apellido en citas puntuales como el Giro, el Tour o la Vuelta.

El cambio más significativo está en la gestión. El equipo abandona su vinculación a la Fundación Euskadi, la raíz de la que emergió, para asentarse en el estómago de la propia empresa vasca de telefonía, que llevará la batuta en el apartado financiero. Para ello, nombrará en los próximos días a un nuevo gerente, un profesional de los números, que trabajará en paralelo a la parte deportiva que depende de Igor González de Galdeano. La separación entre ambas, gerencia y ciclismo, será más clara que nunca en Euskaltel.

un equipo sostenible El manager alavés, por su parte, hace días que trabaja en la confección de la plantilla para 2013 y mantiene contactos con algunos de los corredores que acaban sus contratos en 2012 y resultan fundamentales para el futuro del equipo. Euskaltel ya le habría trasladado a Galdeano la idea de elaborar un equipo sostenible, equilibrado, sólido y duradero que desea seguir en el Pro Tour pero que aún no conoce a ciencia cierta las posibilidades que tiene para mantenerse en la élite del ciclismo ni ha estudiado las medidas a adoptar para conseguirlo. Penalizado por su filosofía de cantera en el ranking de méritos con el que la UCI mide la categoría de los equipos, la nueva gerencia del equipo maneja una idea innovadora aún por pulir y que afecta a corredores y directores deportivos y que serviría para argumentar ante el máximo organismo del ciclismo que Euskaltel es diferente, algo más que un equipo ciclista.

La novedosa idea, aún en el anonimato, reforzaría los valores cualitativos del equipo, que son su longevidad -es el decano del World Tour- y la filosofía que desde 1994 imprimió y ha mantenido Miguel Madariaga, cuyo lugar en el nuevo Euskatel no está aún definido. El propio presidente de la Fundación Euskadi, a la que pertenecen en propiedad tanto los vehículos como la licencia World Tour, ha manifestado en alguna ocasión que no formaba parte del nuevo proyecto y que sus pasos irían encaminados a trabajar con la base, el equipo continental Orbea, el Naturgas Energía y las escuelas de ciclismo.

Los pocos cabos que aún quedan por atar podrían quedar anudados esta misma semana. Hoy mismo todas las partes implicadas en el futuro del equipo mantendrán una importante cita de trabajo antes de la que queda sepultada ya la angustia que carcomía el futuro del bloque naranja, que afronta ahora un futuro que resulta imposible determinar si será mejor o peor pero que, sin duda, será diferente.