Milán. Ryder Hesjedal, un canadiense de padres noruegos, se consagró ayer, junto a la majestuosa fachada del Duomo milanés, campeón del Giro de Italia con sólo 16 segundos de ventaja sobre el catalán Joaquim Rodríguez, que en la última etapa, una contrarreloj de 28,2 kilómetros, no pudo defender los 31 segundos de ventaja con que partía.

Purito hubo de conformarse con el segundo puesto en el podio con la cuarta menor diferencia de la historia de la ronda italiana, seguido del belga Thomas De Gendt, vencedor de la épica batalla del sábado en los Dolomitas, que se quedó a 1:39 del ganador. Michele Scarponi terminó cuarto, a 2:05, y por primera vez desde 1995, el ciclismo italiano no está presente en el cajón de honor de la carrera rosa.

La victoria en la última etapa fue para el italiano Marco Pinotti (BMC), con un tiempo de 33:06, seguido del británico Geraint Thomas (Sky), a 39 segundos, y del neozelandés Jesse Sergeant (RadioShack), a 53. Hesjedal fue sexto, a 1:09 y Purito Rodríguez invirtió 47 segundos más que el canadiense.

Hesjedal, que en 2010 acabó sexto el Tour de Francia, se convierte, de esta forma, en el primer ciclista canadiense que gana una de las tres grandes vueltas (Tour, Giro y Vuelta). La organización decidió, pocas horas antes de la salida, reducir en 1,8 kilómetros el recorrido de la contrarreloj "por razones de viabilidad", de forma que se quedaba en 28,2, pero aún así el gran favorito seguía siendo Ryder Hesjedal, un corredor notable contra el crono, que partía con sólo 31 segundos de desventaja con Purito. El catalán, como habían advertido todos los expertos, tenía todas las de perder. Y al final no se equivocaron.

Era un recorrido técnico por las calles de Milán, con largas rectas y varias curvas, sobre todo en el último kilómetro. Purito reconoció la víspera que necesitaba "un milagro" para ganar el Giro, y por si fuera poco, horas antes de tomar la salida sufrió una caída mientras se entrenaba, aunque sólo sufrió pequeños rasguños.

El italiano Marco Pinotti (BMC) marcó el primer tiempo de referencia: 33:06, a una media de 51,117 kilómetros por hora. Faltaban todos los favoritos, pero su registro le daba ya opciones de victoria. Nadie pudo batir su registro. A las 16.40 tomó la salida Joaquim Rodríguez, dos minutos después que Hesjedal. El canadiense, obligado a reducir, al menos, un segundo por kilómetro el margen de Purito, se mostró agresivo desde la rampa de salida, rozando al público en las curvas.

En el primer control (km.11,7), Hesjedal, con un parcial de 13:55, le había comido ya 29 segundos a Purito (14:24), y unos metros después el canadiense ya era líder virtual: el GPS marcaba ya 33 segundos a su favor.

Tan rápida reducción y posterior anulación de las diferencias privó de emoción a la lucha por el título entre los dos primeros en la segunda mitad de la etapa. En el segundo punto intermedio (km.22,3), la ventaja de Hesjedal sobre Purito había crecido hasta los 44 segundos, y de ahí hasta la meta el canadiense, sin abandonar su agresividad, la aumentó en tres más.

El belga Thomas de Gendt, que necesitaba restar 28 segundos a Michele Scarponi, la única esperanza de podio para los transalpinos, para arrebatarle el tercer puesto en el podio final, logró su objetivo al batir al italiano por 53.

Hesjedal aprovechó la victoria del Garmin Barracuda en la contrarreloj por equipos, que le situó cuarto en la general, para presentar su candidatura al triunfo final. El 12 de mayo se convirtió en el primer canadiense que vestía la maglia rosa de líder, y a partir de ahí sostuvo un pulso particular con Purito Rodríguez, que en la antepenúltima etapa cedió 12 segundos y ganó 14 al día siguiente para afrontar la crono definitiva con una renta de 31, que como ya se anunció, resultó insuficiente.