París. Roland Garros se abre a un nuevo reto, el séptimo título que el español Rafael Nadal puede conseguir durante esta quincena para coronarse aún más como el mítico jugador que rompió las marcas del sueco Bjorn Borg. Tras hacerse esta temporada con los torneos de Barcelona, Montecarlo y Roma, los números de Nadal abruman. Siete títulos en la ciudad Condal, con 35 victorias y una sola derrota, ocho en el principado monegasco (44-1), seis en el Foro Itálico (36-2) y seis en París (45-1) Treinta y cinco torneos lleva ganados Nadal sobre polvo de arcilla y únicamente ha encajado diez derrotas en esta superficie desde que obtuvo su primer título en ella, en Sopot en 2004. Ésas son las cifras que adornan su tarjeta visita para alzar por séptima vez la Copa de los Mosqueteros en un territorio hostil, plagado de aficionados que están cansados de verle triunfar, y de esperar ya durante 29 años a que gane un francés (Yannick Noah en 1983).

En este terreno, el de Manacor ha sabido navegar sin inmutarse, y este año se presenta con 26 partidos seguidos ganados sobre tierra. La situación esta temporada es más que atractiva, teniendo en cuenta que el número uno del mundo es el serbio Novak Djokovic, ante el que Nadal parece haber retomado su dominio de años atrás, solo alterado por las seis derrotas que encajó ante él en el 2011, y la única, en el Abierto de Australia, este año.

Montecarlo y Roma sirvieron a Nadal para demostrarse que todo el trabajo realizado a finales de la temporada pasada ha servido para algo y que de nuevo puede mirar de frente al de Belgrado, que solo llega a la cita parisina con el título de Melbourne, y que únicamente se enfrentaría con él en la final.

De triunfar de nuevo en París, en una quincena en la que cumplirá 26 años (3 de junio) y donde este año se utilizarán bolas diferentes a las de las temporadas pasadas, Nadal alcanzaría los 50 títulos en su carrera, en una sesión crucial para todos los jugadores, con desgaste incluido, por los Juegos Olímpicos justo detrás de Wimbledon.

Entre tanto, el suizo Roger Federer mantiene su amenaza. Madrid, Indian Wells, Dubai y Rotterdam le han visto coronarse este año, en el que de nuevo ha sabido dosificarse para regalar su clase, con 30 años. Ganador en Estoril y Marsella, el argentino Juan Martín del Potro tiene también una deuda pendiente con Roland Garros. Hace tres años alcanzó las semifinales ante Federer, su mejor resultado en cinco participaciones, y su juego ha ganado enteros. La historia se repetirá y el torneo será una vez más una batalla entre los grandes dominadores de la tierra batida, españoles y latinoamericanos, salpicada por la clase de los grandes.

En la competición femenina, Na Li, la primera jugadora asiática en ganar un Grand Slam, defiende la corona conquistada ante Francesca Schiavone. Finalista en Sydney y recientemente en Roma, la tenista china no lo tendrá tan fácil esta vez, con varias jugadoras en pleno proceso de evolución, y algunas veteranas explotando su juego.