"La presión la tuve más en Bulgaria o China; no sé por qué, los nervios habían desaparecido ya en Finlandia"

Tras no poder conseguirlo en Bulgaria (Sofía) y China (Taiyuan), por fin en Helsinki se hizo con el billete para los Juegos Olímpicos. ¿A la tercera va la vencida?

Pues sí, me ha tocado así. No quería llegar hasta Finlandia pero ha tenido que ser de esta manera y por lo menos lo hemos conseguido.

Era su última oportunidad, ¿cómo vivió los momentos previos al combate decisivo que le dio el pasaporte para Londres?

La verdad es que la presión la tuve más en Bulgaria y en China y, no sé por qué, los nervios habían desaparecido ya en Finlandia. Sabía que era la última oportunidad y que no me servía de nada quedar tercera o quinta. Había que llegar a la final y para eso había que darlo todo.

¿No se trataba de un exceso de confianza por su parte?

No, no. Ya sabíamos, además, que todas estábamos igual y que alguna iba a acusar más el cansancio que otras y así ha sido.

Tras su quinto puesto, con cierta polémica, en Pekín donde quedó claro que perfectamente pudo haber subido al podio, imagino que viajará a Londres aspirando a todo.

Aspiro a ganar medalla claro y, sobre todo, al oro. Hay que pensar que hay que llegar hasta arriba, no quedarse por el camino.

¿Cuáles considera que van a ser sus máximas rivales para conseguirlo?

Aquí no funciona la matemática pura. Hay gente que se te da mejor y gente que se te da peor. Por ejemplo, la campeona de Europa ha quedado fuera de la Olimpiada y le ha eliminado la alemana, a la que yo le gané luego. Quiero decir que hay gente que se te da mejor que otros. El sorteo del cuadro que determina los rivales con los que te vas encontrando va ser fundamental.

La he oído hablar mucho de la francesa Cinthya Vanessa.

Mi amiga del alma (risas). Llevo cinco combates contra ella este año.

Puede ser hasta bueno que se conozcan tanto.

Perdí, con cierta polémica, en el Mundial del año pasado contra ella y le tengo mucho respeto… pero no me gana. Pero hay muchas favoritas; está la rusa, está la búlgara, está la china...

Además de la práctica de la lucha, se dedica a la elaboración de queso y ala críade ovejas y he leído que se tomará un periodo de descanso antes de afrontar los Juegos. ¿Habrá de abandonar sus quesos en demasía para ello?

No puedo abandonarlo. La suerte que he tenido en mi vida es que he podido compaginar deporte y trabajo gracias a mi familia. Toda esta temporada que he estado fuera, ellos siguen haciendo queso. Las ovejas no desaparecen como puedes desaparecer tú de la lucha. A las ovejas sigues teniéndolas que dar de comer, que ordeñar y hay que hacer el queso, claro. Ahora me podré dedicar más, en estos quince días, a mi trabajo, sobre todo, para que en mi casa puedan descansar un poquito también.

Me imagino que predicará con el ejemplo y, aunque muchos dietistas recomienden quesos bajos en grasas, usted se alimentará, en buena medida, de ese manjar que es el Idiazabal.

En mi caso la alimentación no es muy estricta, no es cero por cien materia grasa. Cuido la cantidad pero como de todo.

Dibújeme, 'grosso modo', su plan de preparación a partir de ahora y hasta que lleguen los Juegos.

No te lo puedo decir porque no hemos cerrado todavía el plan. Nuestro primer objetivo era clasificarnos, son dos meses y pico... creo que sobre todo lo prepararemos en casa. El tema competitivo ya lo he resuelto porque creo que he hecho más combates que en cualquier año normal, ahí no hay carencias, así que lo importante será recuperar bien e incidir en la condición física.

De Olaeta, un municipio que cuenta con unos cien habitantes, a Londres, con siete millones y medio. Ya estuvo usted en Pekín, imagino que la villa olímpica es refugio necesario para los olímpicos.

Me parece que esta Olimpiada será totalmente diferente de lo que fue Pekín porque creo que volaremos un par de días antes y a Pekín viaje con diez días de antelación.

Pero, ¿es el ambiente de la villa tan especial como se dice?

Sí, porque conoces a un montón de gente y todos están ahí, como tú, para alcanzar lo máximo.

¿Qué recuerda con más cariño de su anterior experiencia olímpica?

Muchas cosas, pero el desfile fue algo muy bonito porque todavía no había empezado la competición. La gente está aún sin la tensión que se tiene en estos casos y la verdad es que nos reímos bastante.

¿Se integran entre sí los deportistas tanto como parece desde el exterior?

Sí, ves los que son como Rafa Nadal o los Gasol que son personas normales como tú, cenando todos los días. Son gente accesible.

¿Es ésta la última Olimpiada de Maider Unda?

Sí. Creo que ya con 34 años... Puede llegar enseguida el declive y una retirada a tiempo a veces es adecuada. No digo que lo vaya a dejar del todo, pero la alta competición puedo ir dejándola poco a poco.

Existe la sensación de que, imagino que por buscar con ahínco su segunda Olimpiada en los últimos meses, usted aparece más en los medios, no sólo locales. ¿La comparte? De ser así, ¿cómo lleva este incremento de notoriedad?

Se nota que no soy ya una desconocida, todo el mundo sabe que tengo unos resultados, que he estado en una Olimpiada… y eso hace mucho.

¿Le piden autógrafos por la calle?

De momento todavía no, me daría la risa (risas).

Iker Romero, Maite Zuñiga, Martín Fiz, Almudena Cid, Eneko Llanos... De memoria no recuerdo a ningún otro alavés que haya repetido presencia en los Juegos.

Esto quiere decir que la Olimpiada es un sueño que no todo el mundo alcanza. Estar allí, buff, cuesta muchísimo

¿Ha pensado qué haría en caso de ganarla?

Pues no. Sinceramente creo que hay que ponerse las pilas y luego, si llega, pues ya se verá.