Vitoria. Debutó hace año y medio como profesional y ya tiene un título en su palmarés. Jon Jaunarena se caló el pasado sábado la txapela de campeón del Parejas de Segunda. Lo hizo en compañía del zaguero riojano Cecilio Valgañón después de batir a Mikel Olazabal e Iñaki Larrinaga (14-22) en un frontón Labrit que registró una más que notable entrada, circunstancia que el delantero de Leitza no pasó por alto. "Cuando salí a la cancha, se me puso la piel de gallina", señala. "Había mucha gente joven en la grada porque la final la jugábamos cuatro pelotaris jóvenes y hubo un gran ambiente. La verdad es que es algo de agradecer", añade.

Jaunarena celebró su victoria con una cena en Pamplona. "Estuve con la familia y luego me junté con mis amigos para ir de fiesta a Doneztebe". La ocasión lo merecía. "Después de la tensión del partido, era lo que tocaba. Lo pasamos muy bien", admite. Sobre todo por haber cumplido con el objetivo en un partido que, a juicio del leitzarra, tuvo tres fases. "Al principio empezamos muy igualados, pero luego conseguimos escaparnos en el marcador. Creo que nos pusimos con una ventaja de diez tantos. 19-9 o algo así. Ese fue el momento en el que más a gusto me encontré". Sin embargo, Jaunarena admite que luego se topó con más dificultades de las previstas para cerrar su victoria en compañía de Cecilio. "Nos hicieron tres o cuatro tantos seguidos y nos pusimos un poco nerviosos. Veíamos que estábamos muy cerca de ganar, pero sabíamos que era una final y que podía pasar cualquier cosa. Mikel empezó a enredar los tantos adelante y se nos acercaron, pero luego falló y pudimos celebrar la txapela".

un buen compañero Jon Jaunarena se muestra exultante por haber estrenado su palmarés de pelotari profesional, aunque no olvida la contribución de su compañero de campeonato, Cecilio Valgañón. "Creo que los dos hemos hecho un gran torneo. Hemos tenido problemas en las manos, pero, cuando yo he estado mal, él me ha ayudado; y viceversa". Y es que resulta más que lógico atravesar por diversos estados de forma durante un campeonato en el que los campeones han tenido que disputar la friolera de 15 partidos: 11 correspondientes a la primera fase, tres más en semifinales y la final.

Reconoce Jaunarena que, "cuando he tenido las manos bien, he disfrutado mucho", y matiza que su peor momento en el torneo llegó "en el ecuador de la primera fase. En la quinta y sexta jornadas lo pasé un poco mal con las manos, pero conseguí recuperarme y acabar muy bien". Y es que el secreto del éxito en un torneo de tan larga duración reside en alcanzar la fase decisiva en un estado de forma y juego óptimos. "Queríamos llegar bien al final y lo conseguimos". ¿Cómo? "Al clasificarnos para semifinales con varias jornadas de antelación, nos tomamos los últimos partidos de la liguilla de cuartos de final para dosificar. Estábamos los dos muy justos con las manos y jugamos con algo más de taco. También visitamos al masajista. Es por eso que luego llegamos a las semifinales en mejores condiciones". De hecho, ganaron los 4 últimos partidos que disputaron en el torneo. Incluida la final del pasado sábado en el Labrit.

el mano a mano de segunda Tras alcanzar el título del Parejas de Segunda, txapela que dedica "a los que siempre están apoyándome", es decir, "a mi familia, a mis amigos y, por supuesto, a mi novia", el delantero leitzarra quiere centrarse ya en el Manomanista de Segunda. Iba a debutar Jon Jaunarena este fin de semana contra Iñaki Larrinaga, precisamente uno de sus rivales en la final del Parejas de Segunda. "Voy a pasar directamente de fase porque Larrinaga terminó con las manos dañadas y no va a poder jugar. Es una pena por él, pero me va a venir bien para tener algo más de tiempo para preparar el mano a mano".