Madrid. El Vicente Calderón acogerá esta noche (22.00 horas) un duelo decisivo para Atlético y Real Madrid, su derbi 150 en la Liga, sin margen de error para los locales, que apuran sus opciones de Champions, y para los visitantes, que defienden su renta, cada vez menos cómoda, sobre el Barcelona en la carrera por el título. Es una final para ambos equipos. Está en juego un triunfo fundamental para sus objetivos y el apabullante dominio del Real Madrid en los últimos 22 derbis, todos ellos sin victorias del Atlético, que ahora apela a su fiabilidad como local de este curso para romper una maldición que ya dura más de doce años a orillas del Manzanares.

Desde el 30 de octubre de 1999, cuando se impuso por 1-3 en el Santiago Bernabéu, el equipo rojiblanco no gana un derbi. Ni en Liga, donde ya acumula veinte con un saldo de catorce derrotas y seis empates, ni en Copa del Rey, cuando los dos se cruzaron en los cuartos de final en 2011 con doble victoria blanca por 3-1 y 0-1. Esos números y la diferencia en la tabla dan de nuevo la condición de favorito al Real Madrid, líder del campeonato, con sólo dos partidos perdidos en 31 jornadas y con 37 puntos más que el Atlético, séptimo, incapaz de pasar del sexto puesto en toda esta temporada.

El equipo rojiblanco mantiene una condición de imprevisible esta campaña. Decepcionante durante muchos tramos del campeonato y doblegado en sus últimas visitas a Mallorca, Zaragoza y Levante, en casa exhibe una versión mucho más convincente, con sólo dos derrotas en sus quince duelos como local de este curso.

El Real Madrid llega al Vicente Calderón conjurado, con el objetivo de llegar al clásico del Camp Nou ante el Barcelona con la ventaja de cuatro puntos. Para ello debe extender su eficacia en el estadio del Atlético de Madrid y vencer a un Sporting de Gijón prácticamente hundido hacia Segunda División. Tres empates en cinco jornadas han mermado la ventaja con el Barcelona en el pulso por la Liga. Sin embargo, el mensaje que lanza el cuerpo técnico a través de Aitor Karanka, ante el silencio injustificado de José Mourinho, es de tranquilidad. "No tenemos miedo ni ansiedad".

Lo cierto es que la plantilla madridista aún tiene margen para manejar su ventaja pero a la hora de la verdad, cuando han llegado varios partidos decisivos por semana no ha mantenido su elevado nivel. Asoma la visita al Calderón y una intensa eliminatoria de semifinales de Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich que van a marcar el futuro.

Mourinho lo afronta con toda la plantilla a su disposición pero midiendo al detalle cada cambio. Ante el Atlético se perfilan tres en su equipo titular. El atasco sufrido por el tridente ante el Valencia puede tener un damnificado. El argentino Gonzalo Higuaín apunta a la suplencia. Su compatriota Ángel Di María sería el beneficiado. En defensa regresa Sergio Ramos, que ocupa su lugar en el centro de la zaga en lugar de Albiol.