Vitoria. La expedición Naturgas/BBK Transantartika 2011, compuesta por los montañeros Alberto Iñurrategi, el alavés Juan Vallejo y Mikel Zabalza, logró ayer lunes, quince días antes de lo que tenía previsto, su objetivo de cruzar la Antártida sin asistencia externa y pasando por el Polo Sur.

Los montañeros, que han atravesado la Antártida arrastrando trineos tirados por cometas, alcanzaron Bahía Hércules, su punto de destino, a las tres de la tarde (una hora menos en la Antártida), poniendo fin de esa manera a una travesía de unos 3.400 kilómetros a través del continente helado. Con ellos, son únicamente ocho las personas que han logrado un reto que la Transantartika ha hecho coincidir con el centenario de la llegada de Roald Amundsen al extremo austral del planeta.

La expedición ha terminado su aventura en 55 días y después de superar ayer unos últimos 69 kilómetros con más dificultades de las que hacía esperar el "buen viento" que anunciaba el parte meteorológico. "Hemos salido a las 5 de la mañana pensando que lo haríamos rápido pero a media mañana se ha caído el viento y hemos tenido que parar. Y los últimos kilómetros, a pie", comentaron los expedicionarios a su llegada a Bahía Hércules, desde donde serán trasladados en avioneta hasta Glaciar Union, puerta de salida de la Antártida hacia la costa chilena, en el inicio del regreso a casa.

En las 55 jornadas que ha invertido para completar su travesía antártica, el trío de aventureros se ha enfrentado a todo tipo de situaciones: desde días de total ausencia de viento que obligaban a permanecer acampados o a tirar de riñón para empujar los trineos, hasta etapas en las que la excesiva fuerza del viento ha llegado a representar un riesgo para la integridad de los expedicionarios. En este sentido, Juan Vallejo señaló que "salvo el día en que llegamos al Polo Sur, que encontramos algunos kilómetros de nieve en buen estado, el resto de los 3.400 kilómetros los hemos hecho en condiciones muy, muy duras, sin disfrutar prácticamente ningún día de las cometas".

Y con un terreno que se ha presentado bastante más peligroso de lo inicialmente previsto debido a la perenne compañía de sastrugi y a la ocasional presencia de grietas ocultas en el hielo. Las condiciones climatológicas han puesto a prueba la resistencia de Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, que en los peores días se han visto obligados a soportar un frío extremo que ha llegado a alcanzar los 45 grados bajo cero. "Esperábamos mucho frío, pero no tanto", reconoció el gasteiztarra.

Buena prueba de lo impredecible que resulta una aventura como esta es repasar el cuaderno de bitácora de los expedicionarios, en el que, sobre un total de 55 jornadas, en ocho de ellas fue imposible avanzar ni un solo kilómetro, mientras que en 14 ocasiones lograron superar los 100, con un récord absoluto de 180 logrado el pasado 3 de enero.