bilbao. El novedoso Torneo Bizkaia, apagadas ya las semifinales dentro del cinco y medio y reunidos en torno a la victoria Titín III-Abel Barriola y Aimar Olaizola-Patxi Ruiz, busca reyes entre los dos binomios finalistas. Si bien el frontón Bizkaia, situado en Miribilla, actúa como el escenario perfecto; el banco de pruebas de la Liga de Empresas ha situado una barrera psicológica más allá del cinco y medio, arrebatando la posibilidad de romper la pelota a los zagueros e imposibilitando a los delanteros percutir atrás hasta encontrar hueco, buscando la innovación perfecta. Así las cosas, cerca del frontis, aupados en los cuadros delanteros por su capacidad de crear desde la nada, con los pies quietos y el alma desnuda, Titín III y Aimar Olaizola se presuponen como las estrellas en la creación. Y es que, abatidos en las semifinales Juan Martínez de Irujo, que sufre demasiado cuando se le encierra en jaulas, y Pablo Berasaluze, superado por el goizuetarra; la mirada se centra en el frontis y en la primera línea de fuego de las dos parejas.

Sin embargo, tal y como demostró el jueves Abel Barriola con una volea al txoko con el marcador ahogando a su pareja, la retaguardia se torna tema capital. Tanto Barriola como Patxi Ruiz gozan de una capacidad de golpeo en los cuadros delanteros exquisita. El leitzarra, aunque comenzó dubitativo su envite frente a Irujo y Miguel Merino, volvió por sus fueros demostrando las posibilidades que ofrece en las pequeñas distancias. Cómodo en el Cuatro y Medio, su estárter carbura a la perfección cuando no encuentran huecos los rivales y el duelo se endurece; así se gusta, moviéndose, sufriendo, sin dejar ningún resquicio a lo políticamente incorrecto, a lo atrevido, pero, cuando puede, remata. Y su golpe adrenalínico del jueves impulsó a Titín a una victoria agonizante.

Patxi Ruiz, por su parte, está en Las Antípodas. El que fuera en 2003 la perla más brillante del panorama manista con un campeonato Manomanista a sus espaldas, no destila el metodismo de Abel. Ruiz es una fuerza de la naturaleza, lo innato de la pelota reside en él intrínseco. El de Lizarra, quien debutó hace 13 años ya, continúa igual: con golpe envenenado, con mordiente, con posibilidades de remate, osado y con mimbres para serlo. Sin embargo, su déficit y la gran baza de Barriola es la falta de sacrificio que en ocasiones atesora. Pasada más de una década de su debut, Patxi no ha evolucionado tanto como sus compañeros de generación, amaneció como un huracán y fue apagando sus vientos tras conseguir la txapela del mano a mano hasta haberse visto fuera del Parejas. Pese a ello, vistas las prestaciones de su delantero, abonado a la victoria en el frontón Bizkaia, la inclusión de Ruiz como guardaespaldas de lujo no rechina sobre el papel: en el cinco y medio tendrá menos terreno que cubrir y más posibilidad de deslumbrar.

De este modo, con el laboratorio del Bizkaia como bandera y la búsqueda de un nuevo bastión para la pelota a mano una vez explorados el cuatro y medio y diversos desafíos, la contienda regia por la corona del Torneo Bizkaia tomará tintes de batalla.

nuevas sedes del parejas Por otra parte, la cuarta jornada del Parejas ya conoce sedes y fechas. Inician la semana el viernes en Larraintzar el duelo entre Berasaluze VIII-Albisu y Arretxe-Begino; el sábado en Iruñea será el turno del Olaizola II-Beroiz contra Bengoetxea-Apraiz; el domingo en Eibar se disputará el Xala-Laskurain contra Titín III-Merino II, y el miércoles en Mungia, el Martínez de Irujo-Barriola contra Lasa-Zubieta.