vitoria. Juan Carlos Navarro, grande entre los grandes, se aseguró ayer una plaza fija en el recuerdo de las generaciones venideras. Hasta que alguien lo supere, y costará, el escolta del Barça vislumbrará desde un pedestal al resto de los mortales, convertido en el máximo anotador en la historia de una Euroliga que ayer se detuvo para homenajear al que es, seguramente, el segundo mejor jugador español de todos los tiempos.

Navarro, que debía anotar 14 puntos, superó al ya retirado Marcus Brown en la cómoda victoria del equipo catalán ante el Olimpia (72-46). El killer de Sant Feliu, recientemente renovado hasta 2015, estaba a sólo 13 puntos de los 2.715 que había logrado durante su carrera el antiguo jugador de CSKA, Zalgiris y Unicaja. Y lo hizo.

Merced a una asistencia del norteamericano Chuck Eidson, anotó la bandeja que suponía su punto número 14 y el tiempo se detuvo en el Palau. La Euroliga, tomando como referencia lo que suele hacerse en la NBA, orquestó un tiempo muerto con carácter festivo para que la hinchada blaugrana y sus propios compañeros agasajaran a un jugador irrepetible, que al término del encuentro se mostró bastante emocionado por el homenaje.

El triunfo ante el combinado esloveno permite al Barça, por otra parte, continuar junto al CSKA como único equipo invicto en la competición. Catalanes y moscovitas aparecen como grandes candidatos en todas la quinielas. También parece bien situado entre los favoritos el Panathinaikos, que ayer robó una importante y trabajada victoria en el Martín Carpena de Málaga, gracias a un Diamantidis que volvió a exhibir su clase, como hizo un día antes su excompañero Spanoulis ante el Gescrap Bizkaia.