vitoria. El pasado 27 de agosto, el diario La Folha de Sao Paulo publicó una entrevista con Sócrates poco después de sufrir la primera hemorragia estomacal que casi termina con su vida. En ella, el exfutbolista brasileño expone su disposición absoluta a dejar el alcohol, pero lo hace desplegando un manto de humor negro, una filosofía existencial en la que trata de desdramatizar el más amargo de los tragos.
¿Fue el susto más grande de su vida?, inquiere la periodista. "No... ¿Qué significa susto? ¡Ah!, buena pregunta", responde Sócrates. Luego revela que llevaba tres meses sin tomar, pasando por alto, eso sí, las cervezas que ingirió en su reciente estancia en Cuba "a causa del calor", y su propósito de convertirse en abanderado de la causa antialcohólica. "Estuve cerca de morir. Llegué a un punto en el que tuve que detenerme a cuidar esta situación y descubrí una cosa maravillosa: no tengo síndrome de abstinencia, no lo hecho de menos".
"Voy a botar el alcohol. Ya lo había botado, mi concepto de vida ya había cambiado. En primer lugar voy a trabajar como médico: estoy en el hospital para conseguir trabajo, y lo he logrado. Voy a trabajar en el equipo de transplante (de hígado), principalmente con el área política, de divulgación, de la concienciación sobre la importancia de este asunto", señala.
La periodista le critica por su defensa del régimen cubano (uno de sus hijos se llama Fidel), donde no existe la democracia, a lo que responde: "La estructura política cubana es extremadamente democrática. Yo quería ser cubano. En Cuba, el pueblo participa de todo, en cada manzana. ¿Y aquí? ¿A quién le reclamas? Aquí votas y no tienes a quién reclamar".