NUEVA YORK. El jugador español ya ha alcanzado la velocidad de crucero en el torneo. Tras las dudas que generó su mala actuación en los Masters 1000 previos a este Grand Slam y la irregularidad que mostró en su primer partido ante Golubev, Nadal ha ido de menos a más y se presenta en su tercera semifinal de Grand Slam consecutiva con la moral muy alta después de reencontrarse con su mejor juego.
El partido no tuvo más historia que la que escribió Nadal. El mallorquín hizo lo que quiso con el campeón del torneo en 2003. Lo sacó de la pista desde el primer juego y el norteamericano ya nunca encontró el camino para reengancharse al encuentro.
La exhibición del español, que no ha cedido un solo set en el torneo, contó con la espectadora de lujo de la Primera Dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, quien hoy asistió a un "clínic" dedicado a la promoción del deporte en la infancia y aprovechó para ver los dos partidos de cuartos de final, en la que jugaron los dos supervivientes norteamericanos del torneo, Roddick y John Isner.
Roddick comenzó el partido con un saque-volea y se apuntó de esta forma los dos primeros puntos, pero al tercero Nadal le tomó la distancia y comenzó un festival de cruzados y paralelos que redujeron a migajas la táctica del jugador local.
El americano, que basa gran parte de su juego en su potente servicio, vio como Nadal le quebraba su dos primeros saques a las primeras de cambio y finiquitaba el set por la vía rápida.
La segunda manga fue un calco de la primera, aunque en esta ocasión hasta en tres ocasiones le rompió Nadal el saque al americano.
A Roddick se le veía desquiciado y cabizbajo por la pista. Sus subidas a la red no hacían daño al defensor del título y en los peloteos su impotencia era absoluta ante la consistencia y la agresividad de Nadal que acabó el partido con 35 golpes ganadores.
Por si no hubiera sido suficiente la paliza que había recibido en los dos primeros sets, el tenista de Nebraska desaprovechó sus primeras cuatro bolas de 'break' del partido, en el primer juego de la tercera manga, y dobló definitivamente la rodilla ante un imperial Nadal que cerró el partido con la mismas autoridad con la que lo había comenzado.
En semifinales, Nadal volverá a enfrentarse a Andy Murray, al que ya ha derrotado este año en la penúltima ronda de los dos anteriores Grand Slams, Roland Garros y Wimbledon, y del Masters de Mónaco.
En total, ambos jugadores se han medido entre sí en un total de dieciséis oportunidades, con un balance favorable al español de 12 victorias por cuatro derrotas.