alain laiseka
Pola de Somiedo. "Mira cuanta gente, Fernando", le dice Javier Guillén, joven director de la Vuelta a España desde 2009, a Escartín, que le acompaña en su Skoda rojo, cuando el pelotón corre paralelo a las playas mediterráneas, es pleno agosto, y les saludan hileras de turistas en chanclas y bañador; y cuando se mete por el corazón de Andalucía, Granada, Jaén, Córdoba?; en San Lorenzo y Salamanca hay un gentío. Pero nada comparado con Galicia. En Pontevedra, Guillén alucina. "Mira, mira, Fernando", le dice a Escartín, que le mira sonriente y le dice: "¿Gente? Esto no es nada. Ya verás cuando lleguemos al País Vasco". Dentro de cinco días, el viernes a Bilbao y el sábado a Gasteiz. Guillén habla sobre ello para DNA.
Wiggins, Nibali, Froome, Kessiakoff? ¿Esta es la Vuelta que quería?
No puedo negar que me hubiese gustado que al menos un español estuviera un poco más arriba, pero yo no controlo ni los tiempos ni las fuerzas de los ciclistas. Hay quien dice que el hecho de que sean los extranjeros los que, de momento -la entrevista tuvo lugar ayer, en la salida de Astorga, antes pues, de que el pelotón subiese a La Farrapona-, dominan la general hace que la carrera haya perdido interés. Bien, es un punto de vista, pero, por ejemplo, con Wiggins de líder, en Inglaterra vamos como un tiro. Allí ahora la Vuelta está pegando fuerte como el año pasado pasó en Italia. Yo no puedo elegir lo que pasa en carrera, pero lo que quería era una Vuelta abierta e incierta y es lo que estamos teniendo. Aún no se sabe quién va a ganar. Eso es bueno.
La Vuelta entra en su fase decisiva, con el regreso a Euskadi de fondo -viernes y sábado- y el sueño de ver a Igor Antón, o a un ciclista vasco, entrando de rojo en Bilbao se ha evaporado.
Nos hubiera encantado que no solo Antón, sino que cualquier ciclista de Euskaltel-Euskadi o corredor vasco pudiese lucir el maillot rojo ante su afición. Cuando arrancó la Vuelta en Benidorm, Igor era uno de los favoritos para lograrlo, pero no ha podido ser. El ciclismo es así. Ahora, quizás sea Mikel Nieve el que esté ahí arriba. Y estoy seguro de que Euskaltel y los ciclistas vascos serán protagonistas en su tierra.
La Vuelta se va acercando a Euskadi y en cinco días llegará a Bilbao para, acto seguido, pasar por Gasteiz. ¿Le inquieta?
Yo solo puedo hablar de lo que percibo y de lo que me transmiten y por esa parte estoy absolutamente tranquilo e ilusionado. Las cosas se están haciendo bien y en estos momentos solo se habla, al menos por parte de la mayoría del público, del hecho deportivo. A mis oídos no llega nada más.
¿Teme que ocurra algo que altere el transcurso de la carrera?
Mira, nosotros respetamos todas las corrientes de opinión que pueda generar el paso de la Vuelta por Euskadi, pero no es esa nuestra guerra. No entendemos que se haga de esto una cuestión política. Ni en uno ni en otro frente. Lo único que pedimos es que haya respeto. Así como yo considero respetables las manifestaciones contra el regreso de la Vuelta a Euskadi, me gustaría que se respetase también a aquellos que estamos a favor de que se acabe con 33 años de ausencia.
¿Qué es lo que espera: más gente a favor o en contra?
Creo que va a ser un éxito sin precedentes.
Pide usted que no se politice la Vuelta, ¿pero cree que es posible?
La Vuelta va de bicicletas y ciclistas, no de banderas y discursos. Además, el ciclismo es uno de los deportes más arraigados en Euskadi, por lo que entiendo que debería ser algo festejable poder ver de tan cerca a los mejores ciclistas del mundo. Querer hacer de esto cualquier otra cuestión es desviar la atención. No creo que una visión política del regreso de la Vuelta a Euskadi se corresponda con la realidad.
¿El regreso fue una imposición política? Dicho de otra manera: ¿se le exigió a la Vuelta volver a Euskadi?
No ha habido ninguna imposición política. No quiero mirar atrás, porque, entre otras cosas, estoy muy agradecido a todas, y digo todas, las instituciones vascas por lo que nos han ayudado, pero si resulta que ahora volvemos al País Vasco por una cuestión política, podría decirse también que por una cuestión política la Vuelta no iba al País Vasco desde el 78. No, creo que no debemos entrar en por qué volvemos.
¿Por qué vuelven?
Vale, porque queremos volver, porque nos hemos puesto de acuerdo para que así sea, porque en Euskadi hay una tradición enorme de ciclismo y porque el matrimonio entre Vuelta y afición vasca es bueno para ambos. Nada más.
¿Sabe lo que ocurrió en 1978?
Lo que he leído.
¿Qué ha hecho la Vuelta para no herir a las sensibilidades más susceptibles con la llegada de la Vuelta a Euskadi?
Lo que no hemos hecho ha sido, jamás, en ningún momento, y ahí están las hemerotecas para contrastarlo, hablar en clave política de la llegada de la Vuelta al País Vasco. Y lo que hemos hecho es, como en los demás territorios que tienen su propia idiosincrasia, su idioma y su cultura, tratar de acercarnos a ellos. En Galicia, como en Catalunya otros años, la alocución en meta ha sido bilingüe. En Euskadi pasará lo mismo: la megafonía en meta será en castellano y en euskera. La señalización también será en euskera.
¿Les han aconsejado que lo hagan así?
Nadie nos ha pedido que lo hagamos. Es algo que nos sale de forma natural.
Finalmente será la Ertzaintza la que lo haga, pero el Gobierno vasco quiso que fuese la Guardia Civil la que custodiase la carrera en Euskadi y entrase en Bilbao y Gasteiz. ¿Eso no era una provocación?
Vamos a ver, la cápsula de Seguridad Vial y Seguridad Ciudadana de la Vuelta la llevan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En la mayoría del territorio español es el Ministerio del Interior el que lleva el asunto, pero cuando se entra en comunidades con su propia Policía, como ocurre en Catalunya o en Euskadi, existe una interlocución entre ambos gobiernos, el de Madrid y el autonómico, y deciden cómo lo van a llevar. A nosotros nos dicen que el protocolo es este y nosotros lo asumimos, respetamos y apoyamos. La Vuelta no decide.
La mayor parte de los organizadores de carreras vascas son contrarios a la llegada de la Vuelta a Euskadi porque con lo que cuesta acoger su prueba se podría aliviar en gran medida la delicada situación que atraviesa el ciclismo vasco.
Que la Vuelta llegue a Euskadi no resta ni un solo euro al ciclismo vasco. La pregunta, de todas maneras, habría que hacerla al revés: ¿Si la Vuelta no llegase al País Vasco se destinaría más dinero al ciclismo vasco?
¿Ocurriría?
Yo no lo sé. Pero lo que sí sé es que la Vuelta, en lugar de verla como una carrera enemiga, habría que entenderla como algo positivo. Esta carrera puede ser un revulsivo para el ciclismo en Euskadi. Es una de las tres grandes, por lo que entiendo que arrastramos más gente, más medios y tenemos más seguimiento. Podemos lograr que se aumente la inversión en ciclismo. Echar en las espaldas de la Vuelta la crisis de los organizadores ciclistas es no entender la realidad de lo que pasa. La culpa de la crisis no es de la Vuelta.
¿Es consciente de que la Vuelta llega a una Euskadi ciclista en crisis?
Sí, pero repito que de eso no tiene la culpa la Vuelta. Antes de que se supiese nada del regreso a Euskadi ya habían desaparecido algunas carreras históricas. La Bira, Urkiola, la fusión entre la Euskal y la Vuelta al País Vasco? Todo eso sucede antes de todo esto que estamos hablando.
¿La Vuelta vuelve a Euskadi para quedarse?
Es nuestra vocación. Y creo que al País Vasco seguiremos volviendo, porque esta tierra tiene algo muy importante para la Vuelta: afición, recorridos?
¿Recorridos?
No soy un gran conocedor de las carreteras vascas, pero sí tengo mucha relación con mis amigos de Eibar y?
¿Piensa en un final en alto?
Una llegada en alto, alguna meta en llano bajando de un alto? Arrate, por ejemplo, me fascina. Como Urkiola. Se pueden hacer cosas muy interesantes.
¿La Vuelta sufre para encontrar localidades que la quieran acoger?
Nosotros estamos en la misma situación que el mercado. Si el mercado se resiente, la Vuelta resiste. Pero estamos bien, no me quejo. Lo demuestra el hecho de que, pese a la crisis, tengamos muchas peticiones para acoger etapas el año que viene.
¿De Euskadi?
Muchas y, curiosamente, no solo para ser salida y llegada, sino también para que el recorrido de la Vuelta pase por el pueblo. Es tanta la demanda que a algún ayuntamiento ha habido que pedirle que esté tranquilo, que otro año será porque todos a la vez no puede ser.
¿En 2012 la Vuelta sale de Iruñea?
Es una posibilidad que espero que se materialice. Sería bonito.
Adelantó una semana la salida de la Vuelta buscando el calor del público pero a cambio sacrificó el concurso de los hombres fuertes del Tour. ¿No es un peaje demasiado caro?
Son dos reflexiones distintas. Nosotros estamos contentos con lo que hemos conseguido al adelantar la carrera una semana. Ha habido más gente viendo la Vuelta en la cuneta. Sobre todo, la primera semana, que era la de vacaciones, pasábamos por la playa? En el tema de los hombres Tour, no creo que el cambio de fechas haya influido en su ausencia. Creo que ningún ciclista reflexionó cuando preparó su calendario en invierno de sobre si había una semana más o menos de recuperación del Tour a la Vuelta. Es más, Cadel Evans tenía apuntada la Vuelta en su agenda y fue el hecho de ganar el Tour, y no otra cosa, lo que le hizo cambiar de opinión.
¿Se nota la mano de del Tour en la carrera?
Cada día está más presente. ASO hace dos cosas muy bien. Una es que presta un apoyo generoso en carrera y, la segunda, que respeta y entiende que esto es la Vuelta, que se corre en España y no en Francia. Nos insisten mucho en que tiremos de todos los recursos que tenemos en el país para potenciar la carrera. Los típicos y los tópicos de España. Lo que no quiere ASO es afrancesar la carrera. De hecho, huye de eso.
¿La Vuelta teme que otras carreras emergentes como el Tour de Utah, Colorado? les ganen terreno?
No. Nosotros estamos muy bien asentados. Pero no es bueno que haya coincidencias en el calendario entre carreras emergentes como las que mencionas y las carreras históricas. No beneficia a ninguna de las dos porque del mismo modo que no das la prioridad que merece la prueba clásica, la de toda la vida, impides a la nueva que se haga un hueco en el calendario y pueda crecer. Quiero decir que la Vuelta no tiene ningún problema en competir con Colorado porque, sinceramente, creo que el problema es de Colorado. La Vuelta tiene 75 años de historia y pertenece al patrimonio deportivo de este país del ciclismo mundial.