EL otro día nos encontrábamos un amigo, entrenador de fútbol, y yo en una terraza (solo han pasado tres días y me parece que ya han transcurrido meses; mientras, en este intervalo de tiempo hemos despedido a las vacaciones y le hemos dado la bienvenida a la rutina), cuando inevitablemente, la ocasión así lo permitía, se acercó otro cliente que nos debía de conocer a ambos y soltó aquello de "este año sí, ¿no?". Una pregunta-afirmación que me la han formulado infinidad de veces estas últimas semanas (la mayoría se basan únicamente en lo que han oído o les han contado, pero no por lo que han visto). Yo, que he visto todos los partidos, incluidos los de pretemporada, le respondí que era muy pronto para echar las campanas al vuelo y que lo que había visto me había dejado algunas dudas. E hice una valoración escueta y general de lo que me había parecido el equipo hasta ese momento. A lo que mi acompañante le apuntó que soy muy crítico.
Pero soy crítico porque todo es mejorable. Soy de los que escriben lo que piensa, no soy de los que dicen lo que la gente quiere oír. También soy muy exigente, primero conmigo mismo; después, esa exigencia se la reclamo a los demás. Y a este Alavés se le debe exigir más de lo que ha hecho hasta ahora (especialmente porque lo puede realizar), no solo sacar adelante los partidos de mala manera. Eso es para los equipos mediocres. Y así lo continuaré haciendo desde esta tribuna; si algo no me gusta lo diré abiertamente, con independencia. Porque la gente, en demasiadas ocasiones, no desea la verdad, quiere respuestas tranquilizadoras y esperanzadoras. Y no siempre esto es posible ni conveniente. En cualquier caso, tanto este como los artículos venideros van a reflejar únicamente una opinión más y tampoco pretenden aleccionar a nadie sobre cómo debe pensar o actuar.
Con la tranquilidad que ha dado el cambio de directiva (desde el primer momento ha generado la confianza en el entorno alavesista que no lo hicieron las anteriores), el equipo solo se tiene que dedicar a cumplir el objetivo marcado que es el ascenso. Cumplidas las tres primeras jornadas de esta nueva temporada, ha habido de todo. Más malo que bueno. En la primera, antes de escudarme en el calor, en la poca conjunción del equipo, que fue una realidad, también el contrario padeció las mismas circunstancias; en cambio, hicieron más méritos para llevarse la victoria. Ante la Real B, se hicieron muchas cosas bien, pero también hubo lagunas. Ayer, de nuevo se cometieron los mismos errores de siempre que nos han costado puntos.
Así, la buena noticia es que la situación económica y de gestión parece estar progresivamente bajo control; la mala es que se manifiesta un bajón físico en los segundos períodos y puede que de concentración o de suficiencia cuando se va con el marcador a favor. Y, por supuesto, la defensa de las jugadas a balón parado. Si queremos crecer y no dormirnos en los laureles debemos reconocer nuestros errores e intentar subsanarlos sin buscar la justificación fácil