vitoria. Era lógico. El vertiginoso ritmo de Casey Stoner en los entrenamientos no podía deparar otro resultado. Su victoria era un sí o sí. Solo su imprudencia, y es que el australiano no sabe aflojar ni aun rodando contra su sombra, podía arrastrarle al suelo. Lo sabía Pedrosa y también Lorenzo. Por eso se desgañitaron en los primeros suspiros de la carrera en Indianápolis. Querían ser el tapón para la ambición del australiano. Pero este anda crecido. Tanto, qué osadía, que es más que Doohan cuando el estadounidense había cumplido 95 grandes premios en la categoría reina. Metro a metro, Stoner se está haciendo uno de los grandes de todos los tiempos. Lo asumen porque es una realidad, aunque contrariados, sus rivales.

Pedrosa y Lorenzo coparon apenas cinco vueltas la carrera. Una agonía la de ellos. Un naufragio seguro. Una aventura a la nada. Pero, al fin y al cabo, la única opción. Plan A, B y C para catalán y mallorquín. Stoner, simplemente, masticaba la tragedia ante su cúpula. Porque cuando dijo: basta, aquí estoy yo, tiritaron el resto. Ciertamente, lo hicieron los propios cimientos del Campeonato, que comienza a coger la forma de la Torre de Pisa, inclinada hacia el australiano. Su ventaja, 44 puntos con seis carreras por delante.

Tembló Giorgio. Luego Dani. Impotentes ante tal desfachatez. La tortura duró lo que se prolongó la resistencia. Casi 6 vueltas de las 28 programadas. A partir de ahí comenzó el monólogo. Un paseo por Brickyard. Seguro que Stoner nunca lo había visto así de bien. Pero sus paradisíacas vistas viene de atrás. Quizás, desde el adelantamiento por fuera a Lorenzo en la entrada a la chicane del Sacacorchos de Laguna Seca. Ahí saltó el porvenir. En Estados Unidos también. Magma para Stoner. "El Mundial cada vez está más difícil", entona Lorenzo. El balear entona este discurso, más derrotista que ninguno otro a lo largo del curso, una vez visto el arma secreta de Yamaha, su nuevo propulsor. Insuficiente para paliar el desarrollo de Honda. Como apuntaba Denis Noyes, la marca de los diapasones se durmió en los laureles en pretemporada. Y la tardía maniobra de reacción no ha recuperado el tiempo perdido. Además, se vio que en Yamaha no hay órdenes de equipo, pues Spies, lastrado por una mala salida y un susto, remontó para ser tercero, superando a Lorenzo, que terminó cuarto. Segundo fue Pedrosa después de la caída en Brno. Al menos, estos dos últimos pueden decir que siguen empatados con Stoner en victorias, 37 en el Mundial. Vago consuelo. La superioridad de Stoner es para no dormir.