SI algo ha demostrado la etapa de La Covatilla es que los corredores extranjeros no han venido de vacaciones a esta Vuelta y que del abanico de favoritos al triunfo final que tomaron la salida en Benidorm a día de hoy solo hay uno descartado, y ese es, por desgracia, Igor Antón. El resto están en un pañuelo, ninguno descartado, ninguno con demasiada ventaja. Todos más o menos juntos y revueltos.
Hemos presenciado la etapa que más daño ha hecho de toda la carrera y hemos asistido a la aparición de un corredor que seguro que tendrá mucho que decir en las próximas jornadas: Bradley Wiggins. Muy pocas veces hemos visto a Wiggins correr de esta manera, no en vano es un ciclista que acostumbra a ir a rueda, pero esta vez ha dado el callo y lo ha hecho muy bien. Y no solo él, sino también su compañero de equipo Christopher Froome.
En la crono de hoy todo apunta a que va a haber muchas diferencias y creo que Wiggins va a salir muy reforzado, aunque posteriormente le quedarán tests como el del Angliru. También habrá que tener en cuenta a Denis Menchov, que no está lejos en la general, y a Bauke Mollema, nuevo líder y ciclista que demuestra que sí que se puede correr Tour y Vuelta el mismo año. En esas está también Haimar Zubeldia, de quien considero que puede hacer una buena general.
El que se tiene que ir despidiendo de esa batalla es Igor Antón, que después de La Covatilla está ya totalmente descartado. En la crono tendrá que pasar el día como pueda y esperar a otras jornadas. Estoy seguro de que tendrá oportunidades para lucirse.