Valdepeñas de Jaén. ¡Ah, el calor! Anda Fabian Cancellara malencarado en esta Vuelta, farfullando mientras se asfixia, gritando que su cuerpo de gladiador se consume inútilmente y que esto lo pagará dentro de unas semanas en el Mundial de Copenhage, donde se correrá a la mitad de temperatura. El suizo se quiere retirar pero ahí sigue, derritiéndose bajo el sol. Un golpe de calor ha bajado ya de la bicicleta a Cavendish, que venía de entrenar en Inglaterra y se llevó un sopapo tremendo al bajar del avión en Alicante. Los ingleses solo van de vacaciones a España. Este calor es el de los días caniculares del Tour en los Pirineos, el de las caras enfermas, los ojos blancos y los pies a la parrilla. Insufrible. "Lo pagaremos todos, sin excepción. Nos está matando". Este calor de Jaén, el paisaje de las hileras rectilíneas de olivos sobre piedras lunares, consume a los ciclistas pero enciende a Purito, el catalán de sangre caliente que corre en el equipo más frío, uno ruso, el Katusha, que tiene nombre de misil. Esa mezcla le dio ayer el triunfo. Fue frío como no suele cuando debió y despegó donde debía. A propulsión. ¡Fiuuuuuu! Ocurrió en Valdepeñas de Jaén, un final de 600 metros con escalones de hasta el 27% donde ganó el año pasado Igor Antón la primera de sus dos etapas en la Vuelta. Purito estaba aquel día de hace un año. Confiaba en saltar ese muro como ya había saltado antes los de Huy, Montelupone, Aia y otros más que son cortos y duros, la medida exacta del catalán, que no pesa una libra y es invisible a la gravedad. Ocurrió, hace un año, que se equivocó. En todo. Se encendió demasiado lejos y su mecha se consumió demasiado pronto. Antón, alguno más también, le pasó por encima. De aquella frialdad de Igor, extraña, por inusual, aprendió algo Purito.
Ayer él también fue frio en lugar de ardiente en el tramo más duro, la rampa del 27%. Ahí los ciclistas no suben, trepan. Y paciente en lugar de alocado. Le ayudó Dani Moreno, que va como un disparo. De un tiro derribó a todos los rivales de su líder. Solo Wouter Poels, un holandés prometedor, resistió con ellos para acabar segundo. Nibali se llenó con el ritmo de Dani y se tuvo que echar a la esquina, pegadito a la valla, a las manos de la gente y la cal de las paredes de Valdepeñas. En la cuesta de Las Farjas todo está muy apretado. Es un desfiladero.
Haimar, quinto El italiano vio pasar a Mollema, que se dejó siete segundos, Scarponi, Fuglsang, Roche, Van den Broeck y Kessiakoff, que cedieron ocho. Con ellos iba Haimar Zubeldia, quinto en la etapa y deslumbrante en un terreno que no se ajusta a su perfil de ciclista diesel, de aliento largo, resistente y alcalino. "Eso quiere decir que estoy bien. Tengo buenas piernas", dijo el usurbildarra, que nunca disfrutó en esos finales a propulsión y ayer olisqueo la pólvora de Purito pese a entrar en el embudo de los últimos seiscientos metros descolocado. "Tuve incluso que forcejear". Luego, salió catapultado.
Pasó a casi todos. Entre ellos Nibali, que trabajó todo el día para ganar y se acabó dejando once segundos. Con él llegó Menchov, que va entrando en calor. Y Mikel Nieve, que tiene libertad para apretar en los finales y así se mantiene arriba en la general. El navarro está en una forma magnífica, pero, noble, sigue hablando, ayer también tras la etapa, de que aguarda con esperanza la recuperación de Igor Antón, que llegará, asegura con fe, con el paso de los días.
Antón, la prueba de fuego El de ayer fue durísimo para Antón. La prueba de fuego después del golpe de Sierra Nevada. Dicen que los campeones lo son porque saben levantarse. Igor está en ello. Perdió 57 segundos después de entrar en el repecho a cola de grupo, lejos de la tensión y los codos, lejos de la pelea, lejos de la Vuelta. "Eso demuestra que es cierto que no está bien", frunció el ceño Egoi Martínez, que comparte habitación con el escalador vizcaino, cuando se lo contaron en meta. "Pero también demuestra su compromiso, que lo ha dado todo. Porque lo más sencillo para él hubiese sido desconectar en cuanto empezara a sufrir, que fue pronto. Igor ha pasado un día terrible. Malo, malo de verdad. Físicamente ha padecido, pero su gran reto era mental. Moralmente no estaba bien y ha resistido".
Para que lo hiciera hubo que estar encima de él antes y durante la etapa. Hubo que hablarle, animarle, distraerle, convencerle y hacerle olvidar el dolor. Hubo que recordarle lo bueno que es. Sí, sí, el tipo que enseñó el tubular a Contador no hace tanto en el Zoncolan. El mismo. Entonces tampoco estaba al cien por cien y mira, nadie pudo seguirle. Hubo que decirle cosas que asustan, pero que Egoi, por ejemplo, no se cansa de repetir. "Igor es el mejor escalador del mundo. Solo que ahora no está bien. Vale, no es tan grave. No hay que darle más vueltas. Sabemos que se recuperará, que volverá a estar bien, volverá a subir como sabe, y entonces, ¡ay entonces!, todos sabrán quién es Igor", proclama el navarro.
Eso que grita Egoi con la fuerza de la fe, es una conjura que comparte todo Euskaltel-Euskadi. Esa conjura, la convicción ciega en Igor, la entrega, el cariño, tiene mucho que ver con que este no hincase la rodilla en el puerto de Valdepeñas, un segunda estrecho y quebrado, con repechos y descansos, donde se agarró con el alma, que llega a donde no lo hacen las piernas. Allí tiraban el Katusha y el Liquigas, uno cada rato. Los italianos al final, para cazar a Moncoutie, el cazador certero, el tipo que donde pone el ojo pone la bala. Ya ha ganado anteriormente dos etapas en la Vuelta. Ayer, de todas maneras, no acertó. Le faltaron segundos y le sobró una cuesta. La de Valdepeñas de Jaén y sus escalones del 27%. Allí se atascó. Allí se lo tragó Dani Moreno y su ritmo frenético, el más ágil, fresco y demoledor de la Vuelta. Allí, también, se aguantó Purito las ganas para encenderse en el momento que debía, a 300 metros; se sintió cómodo Haimar; sufrió Nibali; resistió Nieve; se dejaron tiempo Brajkovic y Wiggins, 20 segundos cada uno, y aguantó el liderato Chavanel, el francés que siente el aliento de Dani Moreno en el cogote. El madrileño está a solo 9 segundos. Hoy, tregua de montaña, la Vuelta llega a Córdoba. Más calor.
1º Joaquim Rodríguez (Katusha) 4h42:54
2º Wouter Poels (Vacansoleil) a 4''
3º Daniel Moreno (Katusha)a 5"
GENERAL
1º Sylvain Chavanel (Quick Step)18h02:34
2º Daniel Moreno (Katusha)a 9''
3º Joaquim Rodríguez (Katusha) a 23''
La etapa de hoy, 6ª: Úbeda-Córdoba (193,4 kilómetros). Teledeporte (15.45 horas). Eurosport (16.30 horas).
etapa 6jueves, 25 de agosto
úbeda
córdoba
Alto del Catorce por ciento
2ª