madrid. Confundida entre una nube de peregrinos, la selección española de atletismo emprendió ayer con esperanzas de medalla, un largo viaje que al cabo de treinta horas dejará a la expedición en la ciudad surcoreana de Daegu, donde se disputarán los campeonatos del mundo, del 27 de agosto al 4 de septiembre.
Sólo una atleta, Natalia Rodríguez, se atrevió a pronunciar la palabra "oro". La tarraconense está recuperada de la torcedura de tobillo que sufrió el pasado día 6 en Málaga y acude a Corea tranquila después de su excelente marca de Barcelona en 1.500 (4:01.50). "La idea, si llego al cien por cien, es conseguir el oro", declaró en el aeropuerto de Barajas.
Jesús Ángel García Bragado, tocado con sombrero igualmente asimilable al de los peregrinos, aseguró que se ha reservado todo el año para este Mundial. Fue campeón de 50 kilómetros marcha con 23 años en Stuttgart'93 y en la última edición, dieciséis años después, también estuvo en el podio como tercero en Berlín 2009.
El 3 de septiembre se convertirá en el único atleta masculino de la historia que compite en diez Mundiales. "Este será el último, y me he reservado todo el año para esta cita. El objetivo principal es meter un pie para los Juegos Olímpicos. Cualquier puesto por encima del seis vale", anticipó.
El equipo español tomó un vuelo con destino a París, donde permaneció siete horas antes de proseguir hasta Seúl. En la capital surcoreana volverá a hacer escala para poner, finalmente, rumbo a Daegu. Más de treinta horas de viaje. "Se podía haber organizado mejor", piensa García Bragado.
Para Chema Martínez serán los séptimos Mundiales y espera un maratón muy duro. "Será muy difícil competir de tú a tú con los africanos. Cuando lo he hecho, lo he pagado. Me encantaría pelear por una medalla, pero soy consciente de que los africanos están a otro nivel", asumió.
Manuel Olmedo, campeón de Europa de 1.500 en pista cubierta, es una de las opciones españolas de medalla, pero el sevillano prefiere ser cauto: "Lo primero, pensar en las eliminatorias. Hay que ser optimista pero también realista".
Con el menisco derecho roto, Nuria Fernández, campeona de Europa de 1.500 al aire libre, acude, no obstante, "con ganas" a Daegu. "Estoy haciendo lo imposible por competir. Ya que me ha costado tanto llegar hasta aquí este año, que ha sido bastante duro, voy con ganas, soy una luchadora. Ya he hecho todo lo que está en mi mano, así que estaré orgullosa de lo que haga", comentó.