donostia. Se encontraba jugando un partido de Parejas el pasado febrero cuando una cicatriz que tenía desde los dos años en su mano izquierda se le abrió. El golpe para restar un saque de aire fue demasiado. Lo malo para Mikel Olazabal es que pasarían seis meses hasta que pudiera volver a disputar otro partido de pelota. El navarro ha afirmado que lo ha pasado mal y que aún tiene miedo a que la cicatriz le vuelva a jugar una mala pasada, pero, a pesar de todo, piensa en positivo y solo mira hacia adelante.

¿Qué tal se encuentra en su vuelta a las canchas?

Muy bien. Después de estar todos estos meses sin jugar, casi seis, he podido comenzar con buen pie. He jugado cuatro partidos en cuatro días y me he encontrado muy bien físicamente. Sobre todo, sin que me doliera la mano que era lo más importante, estar totalmente recuperado y poder jugar sin preocupaciones.

En febrero lo que ocurrió fue que se le abrió una cicatriz que tenía de pequeño y desde entonces no ha podido disputar partidos.

Sí, tengo una cicatriz desde que tenía dos años. Me la hice porque me quemé en la mano izquierda, y en febrero estaba jugando el Campeonato de Parejas, entré a restar un saque de aire y se me abrió la cicatriz de la mano. Fue un disgusto muy grande. Hasta San Fermín he estado mal pero desde entonces la mano me ha mejorado muchísimo.

¿Desde que ha empezado a jugar no ha notado ningún dolor?

No, nada. También es verdad que juego con un poco más de taco por precaución. Pero he jugado cuatro partidos en cuatro días, algo que no había hecho nunca, y la mano me ha respondido fenomenal así que de momento, ¡toquemos madera!

Hasta el partido del Campeonato de Parejas, ¿había notado alguna vez alguna molestia en la mano?

No, nunca. Siempre había jugado sin preocupaciones, tranquilo, sin reparar en la cicatriz de la mano hasta ese día. Pero desde que se me abrió, ya no estoy tranquilo. Después de lo de febrero, se me curó pero luego, cuando empezaba a entrenar otra vez, se me habría. Al final, se me ha llegado a abrir tres veces, pero ahora, tras estos partidos, no ha ocurrido nada así que estoy más tranquilo.

Y, ¿cómo han sido esos seis meses en dique seco?

Al principio empecé a entrenar pero no podía, no llegaba... Han sido momentos muy duros. Lo peor, sin ninguna duda, ha sido la preocupación de no saber si la mano se va a poner bien o no. Porque si me hubieran dicho que iba a pasar seis meses parado, me habría llevado un palo terrible pero por lo menos sabes que a los seis meses todo va a estar bien. Pero cuando no sabes hacia dónde va a ir esa herida, ni el tiempo que va a costar curarla, es muy duro.

¿Cómo ha sido la recuperación?

En cuanto ocurrió fui a un callista y me dijo que tenía que abrir la herida para limpiarla lo mejor posible por dentro y que después tardaría mes y medio en cerrarse. Cuando ya estaba curada, empecé a entrenar pero se me volvió a abrir otras dos veces. Al final, tenía mucho miedo. Luego fue cuando empecé con un masajista de Logroño y, a partir de ahí, me he encontrado mucho mejor. No se me ha vuelto a abrir, tengo que visitarle a menudo pero lo que cuenta es que la mano la tengo mejor. Espero que aguante...

A pesar del miedo, ¿está en buena forma, golpea con confianza?

Ahora ya no. Entrenando y jugando, como ya no noto nada, estoy cogiendo más confianza poco a poco. Aunque la idea de que se me vuelva a abrir siempre está ahí.

Y a partir de ahora, ¿cómo se presenta su calendario?

Tengo partidos el día 21 y el 22. Y en agosto y septiembre sí que voy a tener más movimiento, pero a partir de octubre, con el Cuatro y Medio, habrá pocos partidos así que no tengo problema.